Su nombre es Rodrigo Abdalá Dartigues.
Señas particulares: Aproximadamente 1.90 m de estatura, 85 kilos, ojos cafés, cabello castaño, tez clara, barba de candado, gesto despreciativo. Presencia escurridiza, no es fácil toparse con su rostro.
Poco amigo de los reflectores, aún menos tolerante de las aproximaciones de parte de los periodistas y del escrutinio público. Se recomienda hablarle de lejitos y siempre dirigirse a él con alguna reverencia, sin descartar las fórmulas de «mi señor» o «alteza serenísima del Bienestar». Camina con soltura, a grandes zancadas, sobre una alfombra de nubes imaginarias. Los medios le dicen que todo lo que hace, que todo lo que hace está mal… y el no sabe por qué.
Para no despertar su furia, se recomienda nunca formularle alguno de estos cuestionamientos:
- ¿Qué opina de que el proceso de vacunación en Puebla haya mejorado notablemente a partir de que lo relevaron de dicha responsabilidad?
- Tomando en cuenta que no ha sido usted capaz de organizar unas filas de personas, ¿Qué lo hizo pensar en 2017 que sería usted un buen candidato a la gubernatura?
- ¿No le da pena haber dejado, una vez mas, en vergüenza a su padrino político, quien suficientes dolores de cabeza tiene ya en su cruzada contra las empresas privadas que le chupan los electrones a la CFE?
- ¿A qué dedica usted su tiempo en la oficina del Bienestar, ahora que la SEDENA ya le quitó el dolor de la cabeza del Programa Correcaminos?
- Y ya entrados en el particular, ¿Qué considera usted más grave, la caída de un sistema de conteo de votos, como la de 1988, o el fracaso de la logística de la vacunación a cargo de su delegación?
- ¿Por qué en municipios como Coatepec y Atlequizayán los beneficiarios de apoyos federales a su cargo suelen exceder con creces al número de pobladores registrados en la entidad?
- ¿Cuáles fueron sus aportaciones al fracaso de la campaña de Delfina Gómez por el Estado de México en 2017 ante un candidato tan precario como Alfredo del Mazo?
- ¿Cómo le hubiera gustado ganarse la vida si no hubiera tenido la tía que le tocó tener?
Se le vio por última vez, según rumoraron medios locales, vacunando en lo oscurito a miembros de la Comuna de Claudia Rivera, algunos de ellos aún en sus mejores años, distantes del séptimo piso de sus ciclos vitales. Se le vio por última vez negando entrevistas a La Jornada de Oriente «porque hace críticas«. Se le vio por última vez colocándose las manos en la cabeza, protegiéndola del apetito de sus adversarios políticos, que ya se frotan las manos como mantis religiosas. Se le vio por última vez llamándole a su tío, con voz entrecortada. Se le vio por última vez chisporroteando como antorcha humana, víctima de la combustión espontánea.
Por ello, agradecemos cualquier información que nos ayude, o ayude al personal de la Delegación del Bienestar, para ubicar a este ilustre funcionario que se encuentra desaparecido desde el 31 de marzo pasado.