Cada vez que nos espantamos o recibimos alguna noticia que pueda alterarnos, nuestros familiares y amigos nos recomiendan consumir un bolillo con el fin de «bajar el susto» pero ¿Realmente sirve?
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Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera, profesora de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detalla que el estrés agudo provoca un aumento en la producción de ácido estomacal, lo que lleva a la angustia estomacal, un dolor en el vientre comúnmente percibido como vacío.
Esta situación puede causar náuseas y otros malestares. En tales casos, ingerir un pan reduce esa acidez tan molesta, explica la académica de la UNAM.
«El susto es la reacción de nuestro cuerpo ante un sobresalto súbito, como al escuchar un ruido amenazante o sufrir una agresión. A nivel cerebral, se estimula la hipófisis y, acto seguido, la glándula suprarrenal libera dos hormonas: noradrenalina y adrenalina, responsables de que el corazón y la respiración se agiten».
Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera
Profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM
Ya que el sucedo haya pasado el cuerpo reciente las secuelas de tanta agitación, por lo que el bolillo inhibe la secreción de ácidos y nos ayuda a reponernos de un susto.
«Por su cantidad de carbohidratos, este alimento inhibe la secreción de ácidos y nos ayuda a reponernos de un susto. Además, por ser masudo y tener la corteza dura, nos obliga a masticar, lo cual nos distrae y aminora nuestros miedos»
Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera
Profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM
En este sentido, la especialista recomienda que, tras un sobresalto, solo se ingieran tres bocados de pan (sin excederse, pues cada pieza tiene 180 kilocalorías, equivalentes al 10% de las calorías requeridas por un individuo sano).
Con información de: UNAM Global TV
Foto: Archivo El Ciudadano México
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