La madrugada de este martes 23 de enero la comunidad lickanantay de Toconao volvió a ocupar el camino de acceso a las faenas de SQM en el Salar de Atacama.
Las comunidades ya se tomaron el acceso al ingreso del campamento que tiene SQM en el Salar de Atacama, conocido como P2, entre el 9 y 14 de enero. Luego el Consejo de Pueblo Atacameños es conformado por 18 comunidades pertenecientes a los pueblos atacameño- lickanantay habría llegado a un acuerdo.
Sin embargo, las comunidades que son más próximas al salar se oponen al pre-acuerdo entre Codelco y SQM, que renovaría los permisos de explotación del salar hasta el año 2060 a una sociedad formada por ambas empresas.
Se trata de las comunidades de Talabre, Socaire, Camar, Toconao y Peine.
El pueblo de Toconao está hoy embanderado con banderas negras en rechazo al pre-acuerdo entre Codelco y SQM.
Yermin Basques Mondaca, presidente de la comunidad Lickanantay de Toconao, contó a El Ciudadano que siguen movilizados según el mandato de la asamblea de la comunidad realizada el pasado 13 de enero. Las principales preocupaciones tienen que ver con que fue un anuncio que no les fue consultado, pese a ser los dueños de territorio; y la ampliación en las cuotas de extracción de litio que pasarían de 165 mil toneladas anuales a 300 mil.
Luis Buston Liendro, secretario de la misma comunidad, dijo que “estamos acogidos a un movimiento que llamó el CPA y nosotros en particular las comunidades del borde sur, las más afectadas en el tema ambiental y en recursos hídricos por las obras realizadas por SQM en el Salar de Atacama”.
POLÉMICO ACUERDO
El pre-acuerdo entre Codelco y SQM -que entregaría hasta el 2060 la explotación del litio al ex yerno de Pinochet- trae por detrás una nueva ampliación de las cuotas de extracción del mineral. De 165 mil toneladas anuales permitidas, las que SQM estaría agotando antes del 2030, se pasaría a la explotación de 300 mil ton.
Toconao es la comunidad indígena más grande del norte grande, integrada por un millar de personas de los puntos más distantes del pueblo localizado en las cercanías del salar. En la oportunidad participaron 500 comuneros, quienes aprobaron mantener la movilización.
“Tenenos un discurso bastante crítico con el Estado. Todos los gobiernos se han preocupado de extraer el litio como riqueza, ahora se están expandiendo por 30 años más y nosotros no tenemos agua potable. Eso es irrisorio, una contradicción”-denuncia Básques.
Dicha comunidad logró sentar en una mesa de negociación a SQM en 2019, luego de que comenzaron a levantar por su propia cuenta de los daños y el impacto que ha producido la extracción del litio en los últimos 35 años.
Básques llama la atención que en el caso de la minería no metálica, como el salar, el daño es hidrogeológico.
FUERA DE LAS NEGOCIACIONES
También fue molesto para las comunidades enterarse por la prensa de un acuerdo que tiene relación con el Salar de Atacama, que es parte de su territorio.
“Para nosotros cuando el 26 de diciembre apareció una declaración pública, además en una cadena nacional, fue una falta de respeto”- comenta Vásques.
El 14 de diciembre se había logrado la firma de un acuerdo tripartito entre el CPA, SQM y la ministra de Minería, Aurora Williams.
En la oportunidad se acordó que las decisiones sobre el litio se darían en el marco del respeto a los dueños ancestrales del territorio; la aplicación de Convenio 169, Ley Indígena y de Medio Ambiente; y que las conversaciones se iniciarán desde cero, con declaración de objetivos y con niveles de confianza asociados.
“Pese a esas conversaciones, dos semanas después nos enteramos del acuerdo. Se nos engañó, nos mintieron porque dijeron que no había acuerdos secretos ni avances en las negociaciones y que sólo se estaban retroalimentando para conocer los procesos”- reclama Vásques.
300 MIL TONELADAS DE LITIO
El punto principal de tensión respecto del pre-acuerdo es la ampliación de las cuotas de extracción de litio, las que pasarían de 165 mil toneladas por año a 300 mil de concretarse.
Y esto ha generado una gran preocupación es por el agua. De hecho, en una asamblea hecha un día antes de la ocupación, de las tres intervenciones, dos hacían referencia a la escasez de agua en la zona.
El agua, en esta zona de estrés hídrico, se evapora con el actual sistema de producción de litio. Básques recalca que “producir una tonelada en el salar sur se evaporan un millón de litros de agua, imagina lo que ocurre en el Salar de Tara, cuyas condiciones requieren el doble”.
“Los sistemas donde están los salares no son minas, se encuentra vida: aves, fauna, flora, que son elementos propios del desarrollo de la biodiversidad local”- comenta Vásques.
Una publicación reciente de investigadores la School of Geographical Sciences and Urban Planning, de la Arizona State University (EE.UU.), en la que a partir de imágenes satelitales y espectroradiometría del Salar de Atacama en el curso de 20 años (1997-2017), dando cuenta que el aumento de la cobertura espacial de las pozas de evaporación de litio está afectando la cuenca completa del acuífero, disminuyendo la cobertura vegetacional, además de registrar el aumento de la temperatura y descenso en la humedad del suelo.
Mauricio Becerra R.
El Ciudadano