32 ministros, elegidos de forma proporcional para las tres principales regiones -Barka, Fezzan y Trípoli-, conformarán el nuevo Gobierno libio que quedará bajo la dirección del actual jefe Mohamad Fayez al Serraj.
Este nuevo Ejecutivo, formado bajo el auspicio de las Naciones Unidas, aún no cuenta con el apoyo de los parlamentarios libios en Trípoli y Tobruk, con el añadido de que son los de Tobruk quienes deben reunirse con el Estado para que pueda entrar en funciones. Precisamente Trípoli y Tobruk, firmaron un acuerdo el pasado 2 de enero en el que solicitaron la formación de un Gobierno nacional que contase con un Consejo Presidencial de nueve miembros. Aunque pedían que la ONU participara en el diálogo para la reconstrucción nacional, se opusieron a tener que acatar decisiones impuestas desde afuera.
Por su parte, el enviado especial la ONU para Libia, Martin Kobler, la formación de un Gobierno fuera de Libia “ayudará a poner fin a las divisiones políticas y los conflictos armados».
Desde 2011, cuando fue asesinado el líder libio Muamar Al Gadafi, hasta nueve personas han ocupado cargos de los gobiernos de transición, hecho que provocó una profunda inestabilidad política y social al país.