Durante la ceremonia que este martes homenajeó a los cinco policías muertos recientemente en la ciudad estadounidense de Dallas (Texas), el presidente de EE.UU., Barack Obama, insistió en que todavía en su país las minorías raciales se enfrentan a actos racistas.
Obama dirigió palabras de apoyo a los familiares y amigos de las víctimas y elogió el trabajo que desempeñan los cuerpos policiales estadounidenses. Además, condenó los ataques, que tuvieron lugar en una «marcha cívica y tranquila», dijo.
El presidente puso sobre la mesa el problema del racismo y la división social que vive el país y apeló a una sociedad «donde los miembros de la minoría afroamericana no se sientan injustamente atacados por la policía, y donde la policía no se sienta en el punto de mira de la minoría afroamericana». El mandatario norteamericano afirmó que aquellos que niegan ese progreso, están deshonrando la lucha para acabar con las diferencias raciales, no obstante, dijo que todos los estadounidenses saben que existen prejuicios.
Junto con eso, hizo un llamado a la unidad de la sociedad para enfrentar los retos del país y agradeció el «liderazgo» que demostró la población de Dallas tras los ataques. «Tenemos que ir juntos y mostrar lo mejor de nosotros mismos», declaró.
Durante su discurso, estuvo acompañado por su predecesor en la Casa Blanca, el republicano George W. Bush, residente de Dallas.
La represión policial contra ciudadanos afroamericanos se ha intensificado recientemente tras la muerte de Alton Sterling y Philando Castile, ambos muertos a manos agentes policiales, lo que ha levantado protestas en todo el país en señal de rechazo a estos actos violentos.