El presidente de Estados Unidos, Donald Trump pospuso hoy un mes la imposición de aranceles al acero y al aluminio a los países de la Unión Europea (UE), México y Canadá; unas tarifas de las que eximió indefinidamente a Argentina, Brasil y Australia, según anunció la Casa Blanca.
Los polémicos aranceles del 25 % al acero y del 10 % al aluminio entraron en vigor el 23 de marzo pasado, pero Trump eximió temporalmente a algunos de sus principales aliados para negociar acuerdos comerciales paralelos para lograr una reducción en las importaciones de esos productos.
Los países exentos de los aranceles fueron Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Corea del Sur, México y los miembros de la Unión Europea (UE), a los que Estados Unidos dio de plazo hasta la próxima medianoche para negociar esos acuerdos.
Ante el inminente vencimiento de ese plazo, Trump anunció hoy una prórroga «final» de otros 30 días para negociar con México, Canadá y los miembros de la Unión Europea.
También anunció «principios de acuerdo» con Argentina, Australia y Brasil para eximir definitivamente a estos países de las imposiciones metalúrgicas.
Y con Corea del Sur, Estados Unidos ya anunció a finales de marzo otro «principio de acuerdo» que, según dijo hoy la Casa Blanca, ahora es «definitivo» para que Seúl reduzca al 70 % su volumen de importaciones de acero a cambio de evitar los aranceles.
En un comunicado, la Casa Blanca afirmó que en las negociaciones con estos países aliados busca «restringir las importaciones, evitar el transbordo y proteger la seguridad nacional».
Washington no dio a conocer todavía los detalles de los acuerdos con Argentina, Brasil y Australia anunciados hoy, que según The New York Times se perfilarán en los próximos 30 días.
Estados Unidos tampoco informó del estado de las negociaciones con los países a los que se prorrogó la exención, aunque es de esperar que el pacto con México y Canadá llegue de la mano de la conclusión de las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Se espera que estos tres países anuncien un acuerdo sobre el TLCAN antes de que finalice mayo después de nueve meses de renegociaciones iniciadas tras la amenaza de Trump de retirar a Estados Unidos del pacto comercial norteamericano.
Con respecto a la Unión Europea, The New York Times informó que los líderes comunitarios son reacios a negociar unos acuerdos que violan, en su opinión, las normas internacionales del comercio.
El secretario de Comercio de EE.UU., Wilbur Ross, está intentando que la UE disminuya sus aranceles a la importación de vehículos estadounidenses y que reduzca su superávit comercial con Washington para mantener la exención.
Bruselas, sin embargo, ya tiene preparados aranceles a productos estadounidenses como el zumo de naranja, motocicletas, tejanos y arándanos en caso de que Washington le imponga las tarifas metalúrgicas y también está dispuesta a denunciar a EE.UU. ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Ese paso, de denunciar a EE.UU. ante la OMC, ya lo dio China, uno de los principales afectado por los aranceles al acero y al aluminio junto a Rusia, Taiwán y Japón.
Washington, sin embargo, defiende que los aranceles son en pro de su seguridad nacional: «No podemos tener un país que se pueda defender a sí mismo y prospere sin una industria de aluminio y acero potente», dijo recientemente Peter Navarro, director del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca.
El avance de las negociaciones sobre los aranceles a los metales con los países aliados permitirá al Gobierno de Trump concentrarse en la guerra comercial abierta con China, que ha ido mucho más allá de las tarifas al acero y al aluminio.
Trump ha amenazado recientemente con aranceles por un valor de 150.000 millones de dólares a numerosos productos chinos para compensar el elevado déficit comercial con el gigante asiático, a lo que Pekín ha respondido con medidas similares.