Dos disparos en el pecho recibió Emir Locke, de 22 años luego de que un equipo SWAT allanara su departamento y lo viera con una pistola en la mano. El joven afroamericano murió en el hospital producto de las heridas.
No tenía antecedentes y contaba con el permiso legal para portar armas. Según esta versión, nuevamente una persona negra fue víctima del accionar de las fuerzas policiales de Estados Unidos, informó la agencia AFP.
De acuerdo con las noticias que circulan en los medios de comunicación, los agentes dispararon porque este hombre desenfundó un arma al sorprenderse por el ingreso de extraños a su departamento, en la ciudad de Minneapolis. Sin embargo, más tarde se comprobó que no tenía antecedentes penales y que contaba con el permiso legal para portar esa pistola.
Dos días después de la tragedia, los padres de la víctima fatal, identificada como Amir Locke, brindaron una conferencia de prensa y denunciaron a la policía de haber «ejecutado» a su hijo y de no haberle dado ninguna posibilidad de sobrevivir.
«Una madre nunca debería tener que ver a su hijo ejecutado de esa manera», se lamentó la madre del joven asesinado, Karen Wells, que aseguró que no dejará de luchar hasta que se «obtenga Justicia».
Por otro lado, Andre Lock, padre de la víctima, sostuvo que la Policía podría haber actuado de una manera diferente y sugirió que los agentes podrían haberle ordenado a su hijo que soltara el arma antes de abrir fuego.
En un video oficial, se puede observar el momento de la tragedia, a las 6.48 de la mañana. Un oficial usa una llave para ingresar y luego, un grupo de oficiales entra mientras grita «¡Policía, orden de allanamiento!». En ese entonces, Locke comenzó a levantarse de un sofá y, al quitarse una manta de encima, se vio el arma que sostenía con su mano. Sin dudarlo, los agentes le efectuaron tres disparos.
El tiempo total entre la entrada del equipo SWAT y la balacera fue menos de diez segundos. Tras las heridas recibidas, el joven fue trasladado a un hospital, donde los médicos constataron su muerte.
Por su parte, el fiscal general del estado de Minnesota, Keith Ellison, quien quedó a cargo de la causa, prometió una investigación «justa y exhaustiva».
Tras la tragedia, se realizaron protestas en diferentes puntos de Minneapolis. En las manifestaciones, se pudieron ver varios afiches con la cara de Amir Locke, junto al pedido de Justicia.
Suspendidos los allanamientos
En la orden de allanamiento que desencadenó la tragedia no aparecía el nombre de Locke. Lo único que se especificaba era que el objetivo del procedimiento estaba relacionado con un sospechoso en una investigación por homicidio en la ciudad vecina de Saint Paul.
Ese aval oficial permitía a los agentes ingresar sin previo aviso, según explicó la jefa de policía de Minneapolis, Amelia Huffman, en declaraciones a la radio MPR.
En el último tiempo, las órdenes de arresto «sin aviso» se han vinculado a varios casos de violencia policial, por lo que Minnesota restringió el uso de las autorizaciones de esa naturaleza desde las protestas masivas desatadas en el verano de 2020, a raíz del asesinato de George Floyd.
Este viernes, el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, anunció una prohibición temporal inmediata de ese tipo de órdenes mientras la ciudad revisa la norma.
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