El papa Francisco llegó en la mañana de este viernes al campo de concentración de Auschwitz donde empezó un recorrido por el lugar donde se exterminaron a más de un millón de personas.
Las únicas palabras que el pontífice expresó en este lugar las ha dejado escritas, en castellano, en el libro de honor de visitas: «Señor, perdón por tanta crueldad». Frente al muro de la muerte, donde se ejecutaba a las víctimas, el Papa encendió una luz de aceite en su honor, que quedará como un regalo a este lugar.
En su visita, el pontífice también se encontrará con diez supervivientes del campo, entre ellos una mujer de 101 años. Otra de sus actividades será bajar a la celda donde Kolbe, beatificado por Pablo VI en 1981 y canonizado por Juan Pablo II en 1982, fue encerrado para que muriera de hambre y sed, en el día en que se recuerda su 75º aniversario del gesto del sacerdote polaco.
El Papa también se trasladará al campo de Birkenau, conocido como ‘Auschwitz 2’, construido a unos tres quilómetros de distancia para que Hitler llevara a cabo lo que bautizó como «la solución final» para exterminar a los judíos.