Se tiene previsto que el ciclón golpee este lunes Florida en categoría 4, con vientos de 225 km/h
Como lo demuestra Michael Moore en su documental Bowling for Columbine, el pánico y miedo son los detonantes para disparar el consumo en Estados Unidos.
En las últimas horas, ante la inminente llegada del huracán Dorian al estado de Florida, los habitantes de Miami son víctimas del pánico, lo que ha generado compras nerviosas de varios productos.
La agencia española EFE reseña que los residentes de la mencionada localidad se llevan a sus casas toda el agua potable posible, escena propia de una película postapocalíptica.
Asimismo, refleja el referido medio largas colas en supermercados, tiendas de bricolaje y estaciones de servicio para la venta de gasolina.
El alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, en un intento fallido de bajar la efervescencia, emitió un tweet en el que asegura que no es necesario comprar agua.
«El agua de Miami-Dade que entra por la pila de la casa es excelente», dijo el mandatario, quien tan solo recomendó llenar los «contenedores para estar preparados».
Sin embargo, la venta del líquido es tal que tuvieron que poner límites de compra por persona, y comenzaron a mermar las gaseosas y aguas saborizadas.
«Algo que se parezca al agua», dijo a EFE la venezolana María Rodríguez mientras miraba los estantes y lamenta que la gente haya entrado en pánico. Tras no conseguir lo que buscaba, esta chica se llevó una bebida sabor a naranja y vino.
«He ido a cuatro supermercados y nada», lamenta la venezolana mientras se dirige a la caja a pagar.
Otro de los productos que se agotó fue la leche fresca, por lo que los consumidores se llevaron «botes leche condensada, evaporada, chocolateada, en polvo y los de leche pasteurizada, de coco, arroz, almendra, soja y cualquier otro tipo».
Se tiene previsto que el ciclón golpee este lunes Florida y Georgia —ambos en estado de emergencia— en categoría 4 (de 5) de la escala Saffir-Simpson, con vientos de hasta 225 km/h, lo que podría dejar a varias zonas sin luz durante días.
Este pronóstico generó largas filas en las ferreterías para adquirir paneles de madera y baterías de repuesto.
Una mujer llamada Stacey Pascual dijo que ha comprado un poco de todo «por precaución», porque tiene muchas mascotas y quiere protegerlas a ellas y su casa.
«He comprado metales, maderas, tornillos, gasolina, baterías, un montón de linternas y agua tengo en la casa a montones gracias a Dios», explicó a EFE.