El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, conocido simplemente como la Sagrada Familia, una basílica católica de la ciudad de Barcelona, España, que se erige desde hace más de 100 años con todos los privilegios de la Iglesia Católica, deberá pagar una cuantiosa suma como multa en concepto de licencia de obras.
La teniente de alcalde de Urbanismo y número 3 de la lista de Barcelona en Comú, Janet Sanz, lo ha dejado claro, la basílica deberá pagar la cantidad de 4,5 millones de euros.
Será, sin duda alguna, la licencia más importante que se ha hecho pagar en esta ciudad española en toda la historia democrática, y el monto supera los de Diagonal Mar (1,8) y el Hospital de Sant Pau (1,9), precisó el diario La Vanguardia.
En principio, la sanción eran 12 millones de euros, sin embargo el monto disminuyó por ser la Junta Constructora de la Sagrada Familia una fundación sin fines de lucro y por tratarse de un equipamiento público.
La autoridad local se ha comprometido en que los recursos sean destinados al “interés público de la ciudad».
Con este anuncio, Sanz se congratula de exigir responsabilidades de los problemas que genera esta atracción turística, que, vale decir, fue diseñada por el arquitecto Antoni Gaudí en 1882, pero que aún está en fase de construcción, sin ningún permiso hasta que lo pidió en marzo.
Pues ya, «se han acabado los privilegios de la Iglesia Católica (…) Deberán pagar como todo Dios», sentenció Sanz.
Medios españoles reseñan que la Junta Constructora de la Sagrada Familia y el Ayuntamiento de Barcelona acordaron en noviembre del año pasado que el templo se corresponsabilizaría de la movilidad que genera y de los gastos que causa al consistorio con 36 millones de euros en 10 años.
En ese entonces, el Gobierno de Colau anunció un acuerdo con el templo para compensar casi siglo y medio que llevaban trabajando sin permiso alguno. En marzo de este año, la junta se dignó a solicitar formalmente la licencia de obras.
«Ya era hora. Estos 36 millones de euros nos permitirán mejorar las calles, la movilidad, la limpieza y hacer cosas que hasta hoy solo se han pagado con dinero público», subrayó la funcionaria al respecto.
Del total, precisa El Periódico de España, 22 millones serán destinados a ayudas al transporte público, siete se usarían para mejorar la parada de metro de las líneas 2 y 5, cuatro servirián para urbanizar los alrededores y tres se destinarían al mantenimiento del espacio público.
En ese sentido, las promesas del proyecto contemplaban un acceso directo al templo y realizar mejoras en el entorno y en los transportes.
Tras el acuerdo rubricado el año pasado, Esteve Camps, presidente delegado de la Fundación Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Família, expresó su “satisfacción” ante lo que había definido.
La excusa del retraso de las obras es que la Iglesia se escudaba en un permiso del consistorio de Sant Martí de Provençals a nombre de Gaudí, con fecha de 1885 y el silencio administrativo.
Del lado de los ciudadanos comunes, se criticó que el pacto fue “hecho a espaldas de los afectados”, como lo manifestó Juan Itxaso, responsable de los temas de urbanismo y medio ambiente de la asociación de vecinos de Sagrada Familia.
En medio de todo esto, la fecha marcada en el calendario para que la basílica termine su expansión vertical es 2026, sin contar las obras para la horizontal, que es la que más aqueja a los habitantes.
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es uno de los monumentos más visitados de España, junto al Museo del Prado y la Alhambra de Granada, y es la iglesia más visitada de Europa tras la basílica de San Pedro del Vaticano. Cuando esté finalizada será la iglesia cristiana más alta del mundo.