Los partidos constitucionalistas, por su parte, alertaron de que los países occidentales no apuestan por la independencia catalana.
El portavoz de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en el Congreso, Pere Macias, consideró hoy que las declaraciones Obama son meramente «palabras de cortesía» hacia el Rey Felipe VI.
CDC, el partido del presidente catalán Artur Mas, cree que, antes que perjudicar, benefician al proceso soberanista ya que demuestran que está «internacionalizado» y presente «en todas las cancillerías» del mundo». Es un asunto «que está en el tintero» y genera «expectativas».
El líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, se preguntó hoy irónicamente si «¿alguien esperaba otra cosa?» del dirigente norteamericano.
Iceta recordó que Obama ya se pronunció sobre este tema en febrero de 2013 cuando contestó una petición similar en la que confiaba en que el Gobierno español solucionara el problema de acuerdo a la legalidad.
EEUU prohibió referéndums de independencia en los estados de Alaska y Texas.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, dijo a Mas que tome nota de que «nadie le apoya en el mundo occidental».
«Mas va en dirección contraria al mundo occidental, que se une, suma, crea tratados internacionales y tumba fronteras», estimo el líder catalán del partido unionista, al que todas las encuestas colocan en segunda posición.
Cataluña, insistió, no puede permitirse perder aliados internacionales tan importantes como Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, que también han apostado por la unidad de España.
«Europa necesita una España fuerte y no hay apoyos al camino sin salida de Mas», estimó Rivera esta mañana en un desayuno de trabajo en Barcelona.
Obama mostró ayer su apoyo a la unidad de España, aprovechando la visita oficial del rey Felipe VI a Estados Unidos.
EEUU está «profundamente comprometido a mantener la relación con una España fuerte y unida», le comunicó al monarca el mandatario norteamericano.
Los dos mantuvieron un encuentro de hora y media en la Casa Blanca, doce días antes de las elecciones catalanas en donde los partidos nacionalistas piden el voto para la secesión.
Esta fue una de las primera frases que pronunció Obama, algo que ya esperaba la diplomacia española que ya ha arrancado el apoyo de la alemana Angela Merkel y del británico David Cameron.