Una ley de 1992 establece que todas las agencias federales del gobierno de Estados Unidos deberán someterse cada año a una auditoría, sin embargo, el Pentágono no ha cumplido con la exigencia.
Los más de 585 mil millones de dólares derivados de los conflictos de Afganistán e Irak, pagados con dinero de los contribuyentes, no han sido revisados por el Congreso, destaca una publicación de Reuters. Ello significa que los legisladores no pueden obtener información básica para fiscalizar el dinero que se les entrega.
En este momento, una iniciativa que pretende revisar las cuentas del Departamento de Defensa cuenta con apoyo transversal de demócratas y republicanos en la Cámara de Representantes de EEUU.
Se trata de la “Audit the Pentagon Act” (H.R. 942), respaldada por políticos que van desde Bernie Sanders hasta Ted Cruz. La iniciativa fue anunciada tomando en consideración el grave desorden que existe al interior del Pentágono y que se ha prolongado por “una docena de años”, período en el cual se han “quebrantado todas sus promesas con el Congreso”.
Sin embargo, mientras esto ocurre, algunos parlamentarios no hacen más que doblegar el gasto público militar.
Así lo destaca el bloguero Ralph Nader al hablar sobre el doble-discurso de un republicano, Mike Conaway, quien ha expresado su adhesión al libelo, pero siempre ha votado a favor de expandir el presupuesto en manos del Departamento de Defensa. Según Nader, esto significa que la “H.R. 942 no irá a ninguna parte, a menos que la gente marche para convertir la auditoría del Pentágono en un tema de las elecciones presidenciales”.
“¿Has escuchado algo sobre la instalación de gas natural en Afganistán que debía costar 500 mil dólares? ¿Conoces las villas de 150 millones que fueron construidas por empresas contratistas en Afganistán, a fin de gastar otros 600 millones para asesorar a los afganos acerca de cómo iniciar emprendimientos privados en ese país que ha sido azotado por las guerras?”, escribe Nader.
“¿O respecto de la compra de miles de millones de dólares en repuestos, porque el Ejército y la Fuerza Aérea no sabían la ubicación de los repuestos ya existentes, abandonados en distintas bodegas? ¿Qué hay de los 9 mil millones cuya pérdida el Pentágono reconoció en los primeros meses de la invasión de Irak ?”
La advertencia del presidente Eisenhower sobre la incontrolable expansión del “complejo militar-industrial” parece estar más viva que nunca, puntualiza Nader.
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