Araubia Saudita distrae la atención internacional anunciando que derribó un misil balístico, presuntamente enviado por Yemen.
En alerta Riad, capital del Reino, difunde este miércoles 11 de abril que tres explosiones sacudieron la ciudad, según publica la agencia de noticias Reuters citando al canal Al Arabiya.
Las acusaciones se fundamentan en las declaraciones del presidente del Consejo Político Supremo de Yemen y líder del movimiento hutí Ansar Alá, Saleh al Sammad, quien declaró que «Arabia Saudita no escapará de nuestros misiles pese a la cantidad de sistemas antimisiles que ha instalado», publica el portal de RT.
Reuters también difundió en la red social Twitter un comentario que asegura que el ataque hutí iba dirigido al Ministerio de Defensa de Arabia Saudita. Varios expertos concuerdan en que de ser cierto se debería a una serie de represalias ejecutadas a partir de la alianza entre Arabia Saudita y EEUU, y llevadas a cabo contra Yemen.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) contabilizó unos 10 mil fallecidos, producto del conflicto bélico, la hambruna y las enfermedades originadas tras las acciones de Arabia Saudita sobre Yemen.
Horas antes se informó que varios drones Qasef-1 de la Fuerzas Aéreas del Ejército de Yemen habían bombardeado el aeropuerto de Abha, en la región de Asir, y también la compañía petrolera Aramco en la zona de Jizan, ambos localizados en el suroeste de Arabia Saudita.
Según hispantv.com esta guerra ha costado a los sauditas una fortuna como expone la Universidad de Harvard, de EEUU, que calculó que Riad gastaba más de 200 millones de dólares al día en la agresión militar. Por su parte, el periódico británico Financial Time aseguró que ronda los 120 mil millones de dólares en estos tres años de conflicto armado.
En un trabajo especial, publicado el 8 de marzo por Hispan TV, se comparten datos reveladores que señalan que Arabia Saudí ha sido el principal comprador de armas de Inglaterra desde 1960, pagando incluso por el silencio de Londres sobre la agresión de Riad a Yemen, pese a evidencias de violaciones de los derechos humanos.