«Los ataques dirigidos intencionalmente contra los establecimientos médicos y el personal, los asesinatos y daños deliberados a los enfermos y heridos pueden constituir crímenes de guerra«, dijo este marte 22 de mayo el Alto Comisionado para los Derechos Humanos (Acnudh) de la ONU, Zeid Raad Al Hussein, a través de un comunicado.
Además, condenó las amenazas con armas a los médicos y los ataques contra los hospitales calificándolos de «conducta sumamente vergonzosa» que afecta a los más vulnerables en Libia y a los trabajadores del sistema de sanidad que les pueden ayudar.
En el periodo del 1 de mayo de 2017 al 1 de mayo de 2018, el Acnudh registró en Libia 36 casos de ataques contra hospitales, médicos y pacientes aunque la organización admite que la cifra real es probablemente más grande.
«Esos ataques son una gran violación de la Ley Internacional y un trágico menosprecio a nuestra humanidad común (…) Esto debe terminar«, completó Ghassan Salamé, enviado especial del secretario general de la ONU para Libia, condenando dichos ataques.
Además de los bombardeos y saqueos de hospitales, se denuncia que los grupos armados «incluidos los que se sometieron oficialmente a los ministerios» insultan, amenazan, arrestan, privan de libertad a los médicos, algunos doctores sufren abusos y violencias por parte de los combatientes armados que buscan trato preferente para sus compañeros o familiares.
El Acnudh recordó en su comunicado que conforme al Derecho internacional humanitario es necesario garantizar la seguridad del personal médico y los hospitales, así como el transporte médico durante los conflictos armados.