Pese a que «Rusia nunca ha fabricado la sustancia tóxica Novichok», según declaró el embajador de Rusia en Reino Unido, Alexánder Yakovenko, la polémica continúa su tensa escalada diplomática internacional en la búsqueda de los autores del atentado del ex agente doble ruso Serguei Skripal.
El embajador ruso también recalcó que: «Cerramos todos nuestros programas químicos en 1992. Empezamos a destruir todas las armas químicas y hemos completado este proceso. En Rusia no hay sustancias tóxicas de grado militar, es un hecho».
A principios del mes de marzo el ex agente doble Skripal y su hija fueron envenenados con un agente nervioso en territorio británico, hecho que llevó a culpar del atentado a Rusia sin mediar pruebas de por medio que sustentaran la acusación por parte del Reino Unido.
Por su parte, Moscú negó toda implicación en el hecho y solicitó se le diera acceso a la investigación emprendida por el gobierno británico, sin embargo esta solicitud fue rechazada, así como también el envío de la muestra de la sustancia para ser analizada por parte de Rusia.
El suceso se tradujo en una de las más grandes crisis diplomáticas entre ambas naciones, que desencadenó la expulsión de más de 20 diplomáticos en los países aliados del Reino Unido (además de otros 100 en Canadá, Estados Unidos y de la Unión Europea) que avalan, aún sin pruebas, la posición asumida por el país.
Rusia aseguró que Reino Unido deberá pedir disculpas por las graves acusaciones lanzadas a la nación sin pruebas que sustenten aún la procedencia del agente químico usado en el atentado.
El análisis sobre la sustancia tóxica Novichok que se llevó adelante por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), el laboratorio responsable no había podido determinar el origen de su fabricación, aunque el pasado 3 de abril el jefe del laboratorio de Porton Down, Gary Aitkenhead, confirmó que se trataba de una sustancia de grado militar.
El embajador Yakovenko pidió mayor transparencia en la investigación y criticó que no hayan representantes de otros países en la misma, así como que dé acceso público a los resultados del informe.
En declaraciones en una rueda de prensa en Ankara esta semana el presidente de Rusia Vladimir Putin indicó: «Esperamos que prevalezca el sentido común y que se deje de infligir este inmenso prejuicio para las relaciones internacionales», luego de responsabilizar a los servicios especiales británicos y estadounidenses del envenenamiento en busca de crear una campaña anti rusa. Así mismo instó al diálogo y a no tomar represalias que pudieran desembocar en una nueva crisis como la de los misiles en Cuba en la década del 60.
El embajador ruso ante la ONU, Vasily Nebenzya, advirtió a Reino Unido y a sus aliados que “juegan con fuego” y calificó de “terribles” e “injustificadas” las acusaciones contra Rusia, al tiempo que afirmó que lo lamentarán cuando el resultado de la investigación les “explote en la cara”.
Nebenzia lamentó que todavía a un mes del incidente Londres no haya ofrecido información alguna: “Nosotros no tenemos los derechos de autor pese a que el nombre sea ruso”, bromeó.