Documentos obtenidos por la Freedom of Information Act (FOIA) evidencian graves daños ambientales ocasionados por una base aérea de Estados Unidos a fuentes de agua niponas, informa The Japan Times.
Se trata de numerosos accidentes ocurridos al interior de la Base Kadena de Okinawa en los últimos 15 años, donde se han liberado al ambiente casi 21 mil litros de sustancias tóxicas usadas por militares para combatir incendios.
El reporte habla de un incidente que se extendió por tres días en 2001, cuando 17 mil litros de agentes fueron vertidos en un río debido a “disfunciones mecánicas y electrónicas” de los sistemas de la Fuerza Aérea de EEUU.
También se cita otro episodio de 2015, cuando, bajo los efectos del alcohol, un marine activó el sistema de combate de incendios, llenando un hangar con más de 1.500 litros de JET-X 2.75 percent, clasificado como peligroso por el gobierno estadounidense, porque contiene químicos que causan cáncer y problemas reproductivos.
La base habría tenido conocimiento de que los residuos llegaban a contaminar las fuentes de agua, pero las autoridades japonesas nunca fueron notificadas, agrega la publicación.
En enero, la unidad de Fuerzas Aéreas del Pacífico de EEUU emitió un comunicado en que negó la toxicidad de los recursos hídricos japoneses y afirmó que el agua es segura de beber.
“La base continúa cumpliendo con los Estándares Medioambientales Reguladores de Japón (JEGS), equivalentes a la Ley de Seguridad de Agua Potable de EEUU”, señaló.
Este no es el único tema que ha generado controversia en torno a la base de Okinawa. Jon Letman de Al Jazeera America indica que el recinto, construido después de la Segunda Guerra Mundial, “ocupa más del 80% del pueblo de Kadena e incluye un área de 6.000 acres de almacenamiento de municiones”.
The Washington Post informó esta semana sobre las crecientes protestas de vecinos de la base que han demandado un cese a la expansión de los marines estadounidenses en Okinawa.