El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se mostró preocupado, ante su homólogo ruso, Serguei Lavrov, porque la preponderancia de los ataques de Rusia en Siria no van dirigidos contra el Estado Islámico (EI). Según John Kirby, vocero del Departamento de Estado, Kerry llamó por teléfono a Lavrov para hablar sobre la operación que Moscú lleva adelante en territorio sirio. Sobre esa conversación, el portavoz indicó: “El secretario de Estado repitió nuestra preocupación porque la mayoría de los objetivos que están golpeando las fuerzas militares rusas no están vinculadas con el EI”. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en tanto, afirmó que la escalada militar rusa es preocupante y dijo estar preparada para defender a Turquía, ante cualquier ataque, si fuera necesario, en una reunión de ministros de Defensa de la Alianza Atlántica. El Kremlin rechazó las críticas a su intervención militar y respondió con nuevos bombardeos destinados a respaldar a las fuerzas del régimen del presidente Bashar al Assad.
Para Kirby, los ataques han sido, en su mayoría, dirigidos contra grupos opositores a Al Asad, que “quieren un futuro mejor para Siria y no quieren ver al régimen permanecer en el poder”. Ese tipo de acciones contra grupos opositores, destinadas aparentemente a fortalecer a uno de los bandos en la guerra civil que parte en dos a Siria, “suponen, obviamente, una escalada en el conflicto”, afirmó el portavoz. Lavrov aseguró la semana pasada que los bombardeos de su país en Siria tienen como único objetivo a los jihadistas del EI, del Frente al Nusra y de grupos asociados.
Desde Bruselas, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, criticó el comportamiento errático y contraproducente de Rusia. “No vamos a cooperar con Rusia mientras siga con esta estrategia equivocada”, aseguró Carter, al margen de un encuentro de ministros de Defensa de la OTAN, donde habló de un comportamiento cada vez menos profesional de las tropas rusas. “Esto tendrá consecuencias para Rusia, que con todo derecho teme un ataque en su contra. Además, creo que en los próximos días, los rusos comenzarán a sufrir bajas en Siria”, vaticinó el secretario de Estado, para quien desde la península de Kamchatka, en el Pacífico, a lo largo del sur de Asia, el Cáucaso y en el Báltico, “Rusia sigue envolviéndose en un velo de aislamiento. Sólo el Kremlin puede decidir un cambio”, agregó.
La situación en Siria se coló en el encuentro de Bruselas, donde también hubo tiempo para hablar sobre la situación en Afganistán, y se avanzó hacia un marco estratégico para proteger el flanco sur de la organización de posibles amenazas. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, señaló que a la Alianza le inquieta que esa mayor presencia rusa no sólo consiste en fuerzas terrestres, sino también navales, en el este del Mediterráneo, y que además está ligada a la violación del espacio aéreo aliado. Además, expresó que Rusia prueba en Siria algunas de sus armas más modernas. Según Stoltenberg, la OTAN está lista y es capaz de defender a todos los aliados contra cualquier amenaza. “La organización se ha estado preparando con el aumento de nuestra capacidad, de nuestra habilidad, de nuestra preparación para desplegar fuerzas incluidas al sur, incluida Turquía”, aseguró el secretario general.
Los equipos rusos perpetraron 22 ataques en un lapso de 24 horas, informó ayer el general Igor Konashenkov. Según la información difundida por los mandos rusos, los jets de combate destruyeron en el operativo 27 posiciones de terroristas y depósitos de municiones, consignó la agencia
Interfax. “Nuestros críticos extranjeros saben muy bien qué pérdidas le estamos causando al Estado Islámico. Pero sólo se remiten a frases como ‘poco efectivo’”, dijo Konashenkov en Moscú. Antes, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que los cazas rusos bombardearon nuevamente posiciones de insurgentes en el norte del país, donde, según la agrupación opositora, no hay objetivos del EI.
La participación de Rusia en el conflicto en Siria aumentó la popularidad del presidente ruso Vladimir Putin en el vecino Irak, donde mucha gente espera una ayuda de Moscú en la lucha contra los jihadistas del EI. Sentado frente al caballete en su taller del centro de Bagdad, el pintor Mohammed Karim Nihaya le da las últimas pinceladas a un retrato de Putin, que copió de internet. “He estado esperando que Rusia se involucre en la lucha contra el EI, que proclamó un califato en las zonas de Siria e Irak que controla”, dice el artesano. “Ellos sí obtienen resultados. En cambio, Estados Unidos y sus aliados han estado bombardeando durante un año y no lograron nada”, agrega el hombre. Los aviones rusos empezaron a llevar a cabo bombardeos aéreos en Siria el 30 de septiembre. Mucha gente en Irak, en particular miembros de la mayoría chiíta, esperan a que Rusia también intervenga en su país. “No queremos a la coalición internacional, sólo queremos a Rusia y sacrificaremos una oveja para darle la bienvenida”, afirma Mohammed, quien está desempleado. En Irak hay quien considera a Moscú, que ha apoyado a Damasco y Teherán en los últimos años, como un aliado más natural que Estados Unidos, que ocupó el país durante ocho años. En las redes sociales, muchos usuarios transformaron a Putin en ciudadano de honor. Además, circula un chiste en el que se afirma que el presidente ruso es originario del sur iraquí, donde viven muchos chiítas.
Fuente: Página 12