“Es una broma ¿cierto?”. Esta era la frase que más se repetía el miércoles entre corresponsales, analistas y diplomáticos europeos. Porque Boris Johnson, una de las figuras más políticamente incorrectas de Reino Unido, fue designado como canciller del país.
Un día después de este nombramiento y cuando recién comienza la era de la primera ministra Theresa May, muchos no se podían reponer de la sorpresa. Ese fue el caso del tabloide The Mirror, que en su portada publicó una foto de Johnson tirándose en paracaídas con el título: “Querido mundo, lo siento…”.
A nivel internacional hubo pocas reacciones oficiales de las cancillerías extranjeras, apenas felicitaciones escuetas y educadas, aunque llovieron las críticas, las más serias provenientes de Francia y Alemania. “No estoy preocupado en absoluto (…), pero conocen bien su estilo, su método”, señaló el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Marc Ayrault, acusando a Johnson de haber “mentido mucho” durante la campaña del referendo sobre la membresía del país en la Unión Europea (UE).
Su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier, acusó al ex alcalde de Londres de haberse comportado de forma irresponsable tras el voto a favor del abandono de la UE. Johnson fue una de las caras más visibles que apoyaron el Brexit. Hay “responsables políticos que llevaron al país al Brexit para después, una vez tomada la decisión, huir, no asumir sus responsabilidades y en lugar de eso, irse a jugar al cricket. Francamente, me parece escandaloso”, afirmó Steinmeier, según consignó la agencia alemana DPA, refiriéndose a una anécdota protagonizada por Johnson. Aunque las declaraciones del jefe de RR.EE alemán fueron realizadas antes del nombramiento, ilustran su opinión sobre su ahora homólogo británico.
Menos preocupado por la etiqueta diplomática, el presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata Martin Schulz, acusó a la nueva primera ministra británica Theresa May de “centrarse en satisfacer la cohesión interna del Partido Conservador” y “menos en el futuro del país”, y alertó contra el “impacto directo” que este “círculo vicioso” tendría sobre Europa.
La prensa europea y ciertos responsables políticos oscilaban entre el sarcasmo y la crítica ante el inesperado nombramiento. “No me extrañaría que Reino Unido nombrara a Drácula como ministro de Salud”, ironizó Rolf Mützenich, uno de los especialistas en cuestiones diplomáticas del partido socialdemócrata alemán.
“Masas de negritos”
Johnson, que deberá reunirse con sus colegas europeos por primera vez el lunes en Bruselas, no dirigirá en todo caso las negociaciones con la UE, un papel asignado al antiguo secretario de Estado de Asuntos Europeos David Davis. Ayer señaló que “abandonar la UE no significa abandonar Europa”. “Existe una gran diferencia entre el hecho de que vamos a abandonar la UE y nuestra relación con Europa, que en cualquier caso va a verse reforzada”, dijo “BoJo” -como se le conoce coloquialmente- en su primera comparecencia ante la prensa como canciller.
Las reacciones negativas que provoca Johnson no son antojadizas, se deben a una serie de controvertidas y, muchas veces, ofensivas declaraciones desde sus años como alcalde de Londres (2008-mayo de 2016). En una oportunidad se refirió de la siguiente forma sobre los negros: “Qué alivio debe ser para (Tony) Blair salir de Inglaterra. Se dice que la reina ha llegado a amar a la Commonwealth, en parte porque le entrega masas de negritos que la saludan con banderas”.
Recientemente sus dardos se dirigieron hacia el Presidente estadounidense, Barack Obama, por haber sacado de la Casa Blanca un busto del ex primer ministro británico, Winston Churchill. “Algunos dicen que fue un desaire a Reino Unido. Algunos dicen que fue un símbolo de la parte keniata de los ancestros del Presidente (Barack Obama) que no les gusta el Imperio Británico, del cual (Winston) Churchill ha sido un ferviente defensor”, escribió.
La nominación de Johnson también fue criticada a nivel local. En una columna publicada por el diario The Times, el columnista Philip Collins cuestionó a todo el gabinete de May. “El gobierno ahora tiene una seria deficiencia de talento. La gente que se va es mejor que la está llegando”, escribió.
Carrera política
“BoJo” siempre fue comparado con el ex primer ministro, David Cameron, ya que tienen un pasado bastante similar. Ingresó al exclusivo colegio Eton -al que también asiste la realeza británica- en 1977, cuando tenía 13 años. Hijo de un aristócrata de ascendencia turca, formaba parte de la elite intelectual. Según cuenta la revista New Statesman, cuando salió del colegio en 1982, tenía una reputación de ser un artista muy histriónico. De hecho, muchos recuerdan cómo hacía reír al público por su forma de pronunciar cuando recitaba Decline and Fall de Evelyn Waugh. “El teatro se venía abajo, incluso el rector se reía a carcajadas. Creo que desde ese momento Johnson se dio cuenta de que si te olvidas algunas líneas y continúas con aplomo, entonces estás listo”, contó un ex compañero. Quienes lo conocieron por ese entonces señalan que Johnson era popular, al punto que se convirtió en el capitán del colegio. Destacaba por ser obstinado y siempre querer lograr los objetivos a su manera, aunque siempre con una sonrisa, lo que ha dado un gran carisma. No por nada fue elegido en 2012, durante la celebración de los Juegos Olímpicos en Londres, el político más popular del país.
Es por eso que algunos analistas señalan que si bien despierta rechazo entre sus pares europeos es muy querido en las bases conservadoras y se cree que May pensó en eso cuando lo nombró.