El Gobierno británico aprobó ayer la moción, que se someterá este miércoles a debate y votación en el Parlamento, para extender a Siria la campaña aérea contra el ISIS de Irak, donde lleva bombardeando un año. En la reunión del gabinete de David Cameron, se acordó también despejar la agenda de hoy en la Cámara de los Comunes para permitir un debate sobre Siria de 10 horas y media. La sesión empieza a las 11.30 (hora de Londres) y concluirá con la votación, programada para las 22.30.
Cameron ha endurecido su discurso ante el temor de que quizá no contará con tantos apoyos entre la bancada de la oposición laborista como esperaba. Ayer por la tarde se reunió con el Comité 1922, que aprupa al grueso de los diputados tories, y trasladó una advertencia a sus potenciales rebeldes que era además una puñalada al líder de la oposición. «No deberían alinearse con Jeremy Corbyn y un puñado de simpatizantes de los terroristas», les dijo. El líder de la oposición había adevrtido antes de los peligros de la política de «bombardear primero y hablar despues» del primer ministro.
El primer ministro se mostró confiado en que el Partido Conservador respaldará la moción. “Esperen y verán”, retó a la prensa. Cameron dejó claro que no sometería el asunto a votación si no estaba seguro de ganarla, para no brindar un “golpe de publicidad” a los yihadistas.
Pero la oponión pública británica parece haber virado en los últimos días, alejándose de la propuesta del primer ministro. Según una encuesta publicada hoy por The Times, menos de la mitad de los votantes apoya hoy los bombardeos en Siria. El apoyo a la intervención ha bajado de un 52% a un 48% en los días desde que Cameron presentó el caso en el Parlamento el jueves pasado. Los que se oponen a que Reino Unido bombardee en Siria han pasado del 20% al 31%, y hay un 21% de indecisos.
La moción consta de 12 puntos y pretende responder al documento que acordó la oposición laborista, en el Congreso del partido en septiembre, sobre las precondiciones que debían darse para apoyar una intervención militar en Siria. Jeremy Corbyn, el líder laborista que se opone a bombardear Siria pero que el lunes optó por dar libertad de voto a los diputados para evitar una rebelión interna, rechazó este martes que la moción aprobada incorporara las exigencias aprobadas por su partido: la resolución de Consejo de Seguridad no constituye, en su opinión, el apoyo inequívoco que exigían los laboristas.
Apoyos laboristas
El líder laborista endureció el discurso contra quienes decidan desafiar la postura oficial del partido, entre ellos su propio portavoz de Exteriores, Hilary Benn. Corbyn defendió que solo un “pequeño número” de diputados laboristas “reaccionarios” votará a favor. Se calcula que 30 o 40 de los 231 diputados votarán con Cameron, la mitad de los que los tories esperaban hace solo unos días.
Corbyn también se refirió en la BBC a la supuesta falta de un verdadero plan para el día después de los bombardeos, y a la controvertida afirmación de Cameron de que hay 70.000 rebeldes sirios preparados para la ofensiva terrestre posterior a los bombardeos, que el primer ministro reconoció que será necesaria, pero en la que aseguró que Londres no participará. “Lo que le digo a los diputados es que decidan de acuerdo con su conciencia”, dijo. “No hay lugar para esconderse detrás de la disciplina de voto. Es vuestra decisión si comprometemos a nuestras tropas a otra guerra más en Oriente Próximo, sin un final ni un plan a la vista y con un mítico Ejército Sirio Libre de 70.000 miembros. Nos dirigimos a una situación muy peligrosa”.