El precandidato a la Presidencia de Estados Unidos del Partido Republicano, Marco Rubio, ayudó a su cuñado, acusado de tráfico de cocaína a fines de los ochenta, a obtener una licencia de bienes raíces, destacan varios medios de comunicación de Estados Unidos, entre ellos Univisión y el Washington Post.
El beneficiado, Orlando Cicilia, está casado con la hermana de Rubio, Bárbara. El cuñado fue condenado a prisión en 1989 en un caso de tráfico de drogas de 1987, por un valor de 15 millones de dólares, uno de los montos más grandes en la historia de Florida. El gobierno federal confiscó la casa del traficante, y el dinero aún no ha sido encontrado.
La historia se remonta a 2002, cuando Rubio, en ese entonces congresista local del Estado de Florida, uno de los líderes de su bancada parlamentaria, usó su influencia de legislador para urgir a los reguladores estatales que le dieran una licencia “sin reservas” de bienes raíces a su cuñado. Cicilia había sido liberado de presión unos 20 meses antes. Pero Rubio fue más lejos, pues no informó plenamente su relación familiar con el traficante, es decir, que Cicilia era el esposo de su hermana. Solo informó que lo conocía desde hace 25 años. Al tiempo de su arresto a fines de los 80, Rubio ha señalado públicamente la cercanía que tenía con Cicilia en su época de adolescente, y las navidades que pasaba en casa del entonces traficante, la misma casa donde la DEA encontró parte de la cocaína que traficaba, según revela el Washington Post.
Rubio tampoco reveló en 2002 que Cicilia estaba viviendo en ese momento en la casa de sus padres, en West Miami.
El senador Rubio ha sido consultado varias veces sobre su relación con el caso, y se ha negado a aclarar las acusaciones. El vínculo relacionado con el dinero llega más allá: según la documentación pública, el “Super PAC” que financia la campaña de Rubio, le ha pagado a los dos hijos de Cicilia unos 130 mil dólares en los últimos 10 años. Vox.com también informa que Cicilia trabajó para el propio Rubio buscándole oficinas de campaña para su carrera al Senado federal en 2010. También explica que los ex convictos que quieran vender bienes raíces deben aplicar a una licencia, y un comité de 7 miembros debe aprobar esas peticiones una a una. El peso de un senador local es una ayuda invaluable en estos casos. Y Rubio no informó sobre el obvio conflicto de intereses que tenía en el caso del ex traficante.
En contexto…
No es primera vez que Rubio cae en situaciones de fuerte polémica. Hace pocos años quedó en evidencia que había mentido sobre el hecho de que sus padres hubieran llegado a Estados Unidos huyendo de la Revolución Cubana. Rubio solía comentar ese tema extensamente de forma pública, en conferencias, seminarios, e incluso en su biografía de senador. La verdad era totalmente distinta: los padres de Rubio salieron de Cuba en 1956, simplemente como emigrantes económicos, sin haber tenido nada que ver con la Revolución de Fidel Castro de 1959. Obviamente, Rubio buscó por años congraciarse con la comunidad anti-castrista de Miami, no informando que sus padres habían abandonado la isla bajo el reinado del dictador Batista. Un pequeño detalle de la historia que Rubio ha sido obligado a rectificar, recién desde 2011.