¿Cuánto tiempo más seguirá España sin gobierno? ¿Quién presidirá la nueva Legislatura? ¿Están ante el inicio de una era política diferente o asisten a un acto más de la misma obra que desde la llegada de la democracia se viene representando en La Moncloa? Marc Guinjoan, doctor en Ciencias Políticas y Sociales, investigador en la Universidad Autónoma de Barcelona y co-creador del blog El Pati Descobert, en el cual publica sus pormenorizados análisis de la actualidad política de España y Cataluña, responde a estas y otras tantas preguntas que los dos intentos fallidos de investidura del socialista Pedro Sánchez y las infructuosas negociaciones entre partidos tras las elecciones del 20-D dejaron en el aire.
–¿Lo que está pasando es reflejo del resultado en las urnas del 20 de diciembre?
–Sí, las urnas han dicho que hay una sociedad más fragmentada en términos políticos, en un Estado donde tradicionalmente no era difícil formar gobierno porque el partido que ganaba las elecciones se quedaba siempre cerca de la mayoría absoluta o sacaba escaños suficientes para conseguir representación.
–¿Por qué en España es mucho más complicado que en otros países de Europa formar un gobierno de coalición?
–Aquí la cultura de coaliciones no existe a nivel estatal porque el sistema electoral apunta al bipartidismo ya que, a pesar de ser de carácter proporcional, la división de los distritos en los que se reparten los escaños tiende al monopolio de los dos grandes partidos. Esta vez, sin embargo, el enojo de la población fue tan considerable que, al votar menos estratégicamente que antes, logró romper ese bipartidismo. El problema, igualmente, es que no hay ningún partido que se haya quedado cerca de poder gobernar, es decir, que no se trata solo de la falta de cultura de coalición en España sino que la aritmética a la que se llegó es muy complicada.
–Podemos mantiene hacia el Partido Socialista (PSOE) una actitud contradictoria, apelando a un acuerdo sin perder ocasión de criticarlo muy duramente. ¿Quiere o no pactar con Pedro Sánchez?
–Todos los partidos juegan a dos bandas, no solo Podemos. Por un lado, “soy simpático” porque quiero tu apoyo y, por otro, “te voy a atacar” porque en dos meses puede que se convoquen elecciones y tenemos que estar preparados para la guerra. Podemos está viendo qué es lo que se le va a echar encima en este mes y medio: una presión muy fuerte por parte del PSOE y por parte de un sector de su partido para que pacte con los socialistas aunque no cumplan con uno de los principales compromisos de su campaña electoral, el referéndum en Cataluña. Al mismo tiempo saben que difícilmente van a conseguir el apoyo de su grupo parlamentario elegido en Cataluña –En Comú Podem– y esto complica mucho el cierre del acuerdo con el PSOE. Podemos, lejos de ser un partido monolítico, representa a muchos colores y eso hará complicado que, finalmente, dé el apoyo a Sánchez.
–¿La conformación de una alianza de izquierdas está bloqueada por el conflicto con Cataluña?
–Efectivamente. PSOE y Podemos no llegan solos a una mayoría, necesitan el apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya y Democràcia i Llibertat, dos partidos que no van a renunciar al referéndum. Es una situación muy difícil de solucionar porque los grupos catalanes, si les dan el sí, lo harán a un precio muy alto.
–¿El pacto entre PSOE y Ciudadanos a quién beneficia más?
–Ciudadanos ha jugado de forma inteligente porque acercándose a los socialistas ya no se muestra como la muleta del Partido Popular (PP) a la que todo el mundo apuntaba teniendo en cuenta, entre otras cosas, su trayectoria en las comunidades –donde siempre ha votado con los populares– y su oposición a la condena del franquismo, sino que demostró con este acuerdo que puede ir hacia los dos lados. Pero también puede ser simplemente una jugada estratégica porque saben que ahora no van a investir presidente a Pedro Sánchez, porque no pueden hacerlo, y luego, con unas nuevas elecciones, conseguir el poder suficiente para hacer presidente al candidato del PP. Por otra parte, a Pedro Sánchez le vino muy bien el pacto para ir a sus filas con una propuesta y, con los resultados excelentes que obtuvo –un 52% de participación y un 79% de votos a favor–, refrendarse a sí mismo de cara a unos nuevos comicios, cosa que antes de esta consulta no estaba nada clara.
–¿Entre PSOE y Ciudadanos hay más similitudes que diferencias?
–La verdad es que los dos tienen este discurso reformista que no plantea soluciones radicales a ningún problema pero, igualmente, lo más probable es que se hayan puesto de acuerdo porque saben que, al final, no van a gobernar juntos. El documento que hicieron es de mínimos para cumplir con el trámite y ya está, no tocaron temas que podían generar conflicto entre ellos, como el problema catalán.
–Las encuestas coinciden en que ganaría el PP si se celebrasen unas nuevas elecciones. ¿La incesante aparición de casos de corrupción en su partido no influye en los votantes?
–La corrupción ha jugado un papel importante en los pasados comicios con el paso de 181 diputados a 123 del Partido Popular pero el PP no bajará mas por este motivo, aunque cada día –como está sucediendo– salgan nuevos casos a la luz. La formación de Rajoy ya ha tenido muchísimos casos de corrupción y quien lo ha querido ver lo ha visto. Para los que, sin embargo, hasta ahora esto no ha sido un problema, que se añada un nuevo caso no va a suponer absolutamente nada.
Esto le pasa al PP, le pasó al PSOE de los años ochenta y les pasa a todos los partidos del mundo. Los ciudadanos miran la realidad con unas gafas ideológicas que solo les permite ver los casos de corrupción que afectan a los partidos contrarios y creen que lo que salpica a su formación no es algo sistemático sino casos puntuales.
–¿Tampoco a Rajoy le afectaría la corrupción para volver a presentarse como candidato de su partido?
–No ha salido nada directamente en contra suyo ni de su entorno más cercano, ni siquiera lo de Bárcenas se ha acabado de demostrar, por lo que el castigo va más hacia el PP como partido que hacia la figura de Rajoy. Y aunque, estratégicamente, quizás lo más conveniente sería que los populares buscaran otro candidato, los partidos tienen dinámicas internas muy fuertes y Rajoy no está cuestionado por su grupo ni por sus militantes.
–¿Ve posible que Rajoy repita como presidente, después de todo?
–No, lo creo muy improbable porque el PP no va a quedar ni cerca de la mayoría absoluta y yo no creo que Ciudadanos vaya a investir a Rajoy, aunque, claro, siempre hay que tener en cuenta el camaleonismo que caracteriza a los de Rivera.
–¿Irá España a elecciones indefectiblemente?
–Yo creo que si se llega a algún acuerdo que las evite será con la participación de los dos grandes partidos, PP y PSOE, y la investidura de un presidente con nombre independiente para formar algo así como una grosse koalition a la española, lo que veo bastante difícil. Si el PP no acepta cambiar a Rajoy, yo creo que sí que se irá a nuevas elecciones.
Aun así tendremos que esperar hasta el final, a ver qué partido dicen las encuestas que sube o baja porque creo que los sondeos van a jugar un papel importante. Si una formación tiene las expectativas de quedar muy atrás en las urnas, probablemente nos sorprenda con un movimiento de última hora.