«Respecto a los temas de soberanía e integridad territorial de China, nuestra posición es muy decidida y clara, no cederemos ni un palmo de la tierra de nuestros ancestros, pero no necesitamos ni un pedazo de territorio ajeno», declaró el presidente chino, Xi Jinping, durante una reunión con el secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis.
El tema más sensible de las relaciones bilaterales entre China y EE. UU. es Taiwán. En reiteradas ocasiones Pekín ha expresado su protesta y exigido al país norteamericano cesar el suministro de armas a la isla, cortar los contactos oficiales y atenerse a la política de «una sola China», reseñó la agencia Sputnik.
Además, China expresó su incomodidad con el paso de buques y aviones de guerra estadounidenses cerca de islas en disputa del mar de la China Meridional, ante lo cual Estados Unidos responde que se trata de aguas internacionales.
El Presidente chino señaló que la cooperación entre las Fuerzas Armadas de ambos países es un componente importante de las relaciones bilaterales y llamó a fortalecer los contactos de alto nivel entre las instituciones castrenses.
Xi Jinping expresó la esperanza de que las Fuerzas Armadas de ambas naciones fortalezcan la confianza mutua, profundicen la cooperación y busquen que las relaciones entre ambos Ejércitos se conviertan en un factor estabilizador de las relaciones chino-estadounidenses.
Los intereses comunes de Estados Unidos y el país asiático superan las discrepancias que existen entre los dos Estados. En ese sentido, Xi Jinping sostuvo que «China y EE. UU. deben desarrollar las relaciones bilaterales basándose en el respeto y el beneficio mutuos».
El líder chino aseveró que, al abordar los intereses comunes, no pasan por alto las discrepancias que existen entre ambas potencias. De momento, Mattis cumple su visita en el contexto de la agudización del conflicto comercial entre los dos países.
Anteriormente, el presidente Donald Trump anunció que Washington aplicará desde el 6 de julio un arancel del 25% a productos tecnológicos chinos por unos 50.000 millones de dólares, lo que equivale a una décima parte de lo que China exporta al país norteamericano.
En respuesta, el gigante asiático avanzó un arancel del 25% a 659 productos de EE. UU., también por unos 50.000 millones de dólares. Además, Trump amenazó con gravar con un 10% bienes chinos por valor de unos 200.000 millones de dólares si Pekín «se niega a cambiar de actitud».
Especialistas afirman que luego de esta guerra comercial será imposible restablecer las relaciones amistosas y fortalecer la cooperación entre estos dos países.