Hace once años, una fotografía tomada por un corresponsal de Xinhua durante la temporada de viajes de la Fiesta de Primavera tocó el corazón de muchas personas.
La fotografía retrata a una madre sosteniendo a una niña con su brazo derecho y una mochila con la mano izquierda, mientras lleva una enorme bolsa en la espalda, en frente de la estación de trenes de Nanchang, en la provincia de Jiangxi, este de China.
«No obtuve la información para contactarla, lo que terminé lamentando», dijo Zhou Ke, el fotógrafo que tomó la emblemática imagen. «Pasamos 11 años buscándola. Antes de la Fiesta de Primavera descubrimos algunas pistas y nos enteramos de que es una mujer de la etnia yi de la prefectura autónoma yi de Liangshan en la provincia de Sichuan. Su nombre es Bamu Yubumu».
La fotografía fue tomada el 30 de enero de 2010. Capturó el momento en el que Bamu se dirigía a su hogar junto con su hija para la reunión familiar de la Fiesta de Primavera.
Bamu recuerda claramente el viaje desde la ciudad de Nanchang hasta su hogar en la región de la montaña de Daliangshan, el cual le tomó tres días y dos noches.
«Ese día cargaba una bolsa, llevaba otra mochila y mi bebé. Tardé tres días en regresar a casa por tren», dijo Bamu. «La gente me preguntaba ¿por qué llevas tantísimas cosas mientras cargas una niña? Es muy difícil». Respondí «no tengo opción. Mi familia es pobre».
Ahora, gracias a la red de trenes de alta velocidad de China, el tiempo de recorrido entre Nanchang y Chengdu, capital de la provincia de Sichuan, se ha reducido a ocho horas, mientras que el viaje de Chengdu al distrito de Yuexi ahora tarda seis horas.
Bamu, de 32 años, pasó su infancia viviendo en una montaña alta. Al igual que muchas otras niñas de su comunidad, Bamu nunca fue a la escuela.
Después de casarse, Bamu y su esposo se asentaron al pie de la montaña en una casa sin electricidad.
La familia sólo tenía 0,4 hectáreas de terreno árido, en el que plantaban maíz, papas y alforfón.
Cuando su segunda hija nació en 2009, Bamu decidió buscar empleo fuera de su hogar natal.
Bamu encontró un empleo en una fábrica de ladrillos en Nanchang, con un salario de alrededor de 500 yuanes (77 dólares) al mes.
Por desgracia, cinco meses después de que Bamu llevó su segunda hija a casa, la pequeña niña murió después de enfermarse.
Su tercera hija también murió unos días después de nacer en 2011.
La fortuna de la familia de Bamu empezó a cambiar después de que un proyecto de alivio de la pobreza específico fue introducido en la aldea.
En 2014, la familia fue registrada como un hogar pobre por el gobierno local.
En 2018, la familia recibió un subsidio de vivienda de 40.000 yuanes (6.200 dólares) del gobierno. Con otros 70.000 yuanes (10.800 dólares) de sus propios bolsillos, Bamu y su hija lograron construir una casa de concreto y cemento.
Desde 2013, Bamu ha dado a luz a otros tres niños, todos en hospitales locales gratuitos, y ha recibido apoyo financiero para la atención médica y educación de sus hijos.
Siguiendo los pasos de muchos otros aldeanos, la pareja empezó a cultivar cosechas comerciales, como tabaco y árboles frutales, en sus campos.
Fuera de temporada, Bamu y su esposo salen a trabajar para ganar dinero adicional.
El año pasado, sus ingresos familiares ascendieron a 100.000 yuanes (15.480 dólares) y salieron de la pobreza con éxito.
Actualmente, los aldeanos de Taoyuan tienen acceso a agua de grifo, carreteras modernas, electricidad y telecomunicaciones.
Los niños de Bamu también reciben educación en una escuela cercana.
La escuela secundaria de Xinmin, en donde estudia la hija mayor de Bamu, tiene ahora 2.425 estudiantes, en comparación con los 873 de 2015. De estos el 51 por ciento son niñas, en comparación con el 15 por ciento de 2015.
«Espero que mis hijos crezcan seguros y sanos, estudien arduamente y encuentren un empleo con sus propios esfuerzos. Debemos seguir adelante sin importar lo que ocurra», dijo.
Fuenet: Xinhua