En un gesto de nuevo acercamiento con Estados Unidos, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, pidió al país gobernado por Joe Biden que ajuste sus políticas y que elimine los aranceles que impuso a los productos chinos, abandonando «los prejuicios y las sospechas injustificadas» sobre el país asiático.
De esta forma generar el marco necesario para mejorar las relaciones entre ambas naciones, relaciones maltrechas durante la era del expresidente Donald Trump.
«Esperamos que Estados Unidos ajuste sus políticas lo antes posible, elimine los aranceles que impuso a los productos chinos y levante las sanciones sobre empresas e instituciones chinas.
EE.UU. tiene que abandonar la supresión irracional del progreso tecnológico de China», manifestó Wang en un foro sobre los lazos entre ambos países, según informó la página web de la Cancillería china.
Asimismo, Wang instó a detener la difamación del Partido Comunista de China (PPCh) y el apoyo «a los separatistas que buscan la independencia de Taiwán”.
Para que las relaciones entre ambos vuelvan al camino correcto es necesario «derribar los muros de la intolerancia» e intentar «comprender mejor a China», así como «respetarse mutuamente» y «no interferir en los asuntos del otro», expuso Wang.
Wang agregó que China está preparada para coordinar políticas y trabajar con Estados Unidos en la lucha contra la covid-19, el cambio climático y la recuperación económica global, tres áreas que calificó como de máxima urgencia.
Por su parte, la administración Biden se ha comprometido a adoptar un enfoque más multilateral y se ha mostrado dispuesto a cooperar con Beijing en cuestiones como cambio climático y a persuadir a Corea del Norte para que renuncie a sus armas.
Sin embargo, el nuevo mandatario estadounidense también ha expresado su preocupación por las prácticas comerciales «coercitivas e injustas» de Beijing.
Las relaciones entre Estados Unidos y China se deterioraron enormemente durante los cuatro años de mandato de Trump.
Además de la imposición mutua de aranceles comerciales, la situación derivó en el cierre del Consulado estadounidense en la ciudad de Chengdu, en respuesta a la clausura previa del chino en Houston.
A esto hay que sumar la inclusión de empresas chinas en la lista del Departamento de Defensa de EE.UU. acusadas de estar controladas por el Ejército chino o los reproches sobre el origen del coronavirus, de la nueva ley de seguridad china para Hong Kong y la situación de los derechos humanos de las minorías musulmanas en la región noroccidental china de Xinjiang.
Por su parte, la administración Biden ha expresado su preocupación por las prácticas comerciales «coercitivas e injustas» de Beijing.
No obstante, Biden también se ha comprometido a adoptar un enfoque más multilateral y se ha mostrado dispuesto a cooperar con Beijing en cuestiones como cambio climático y a persuadir a Corea del Norte para que renuncie a sus armas.
(Con información de Xinhua, DW y AT)