La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, ha comunicado este lunes en una reunión informativa que Pekín ha suspendido la revisión de solicitudes de aviones y barcos militares de EE.UU. para visitar Hong Kong, en respuesta a la denominada ‘Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong’, firmada el 27 de noviembre por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La citada norma reafirma el apoyo de EE.UU. a esta región administrativa especial china, tras meses de protestas antigubernamentales.
Además, la vocera ha indicado que la aprobación de dicha ley por parte de las autoridades de EE.UU., «ignorando la protesta de China», representa «una violación grave del derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales, así como una interferencia en los asuntos internos de China«.
«En respuesta a ello, Pekín ha decidido imponer sanciones a varias organizaciones no gubernamentales de EE.UU., incluyendo NDI, Human Rights Watch y Freedom House» por apoyar actividades extremistas y violentas en Hong Kong, ha puntualizado Hua Chunying.
«Fuerte oposición» a la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong
La ley, antes de ser firmada por Trump, fue aprobada con apoyo bipartidista, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. Esta norma obliga al presidente de EE.UU. a presentar un informe anual a los legisladores sobre la autonomía de la región y sobre si el Gobierno chino actúa de alguna manera para limitarla.
Asimismo, contempla la posibilidad de sanciones contra funcionarios chinos en el caso de que se produjeran violaciones de los derechos humanos.
El pasado jueves, las autoridades de Hong Kong expresaron su «fuerte oposición» a la denominada ‘Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong’. En su mensaje, Hong Kong «lamenta profundamente» que EE.UU. haya ignorado repetidamente sus preocupaciones sobre esta cuestión.
Asimismo, indicó que las autoridades locales perciben la actuación de Washington como una interferencia abierta en sus asuntos internos, que «ni es necesaria ni está justificada» y que «puede dañar las relaciones e intereses de EE.UU. y de Hong Kong».
Un portavoz del Gobierno hongkonés recordó que «EE.UU. tiene enormes intereses económicos en Hong Kong» y advirtió que cualquier cambio unilateral «crearía un impacto negativo en las relaciones entre las dos partes», por lo que las autoridades locales esperan que Washington «adopte una actitud pragmática» y mantenga sus «posiciones de principios hacia Hong Kong».
Mientras tanto, el Ministerio chino de Relaciones Exteriores recordó a Washington que «Hong Kong es parte de China y que los asuntos de Hong Kong son asuntos internos de China en los que ningún Gobierno o fuerza extranjera debe interferir». Además, desde Pekín amenazaron a Washington con activar «contramedidas firmes» contra estos «actos hegemónicos tan severos».
Con información de RT
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