China y Estados Unidos cerraron la primera fase de un acuerdo para intentar resolver la guerra comercial que arrastran desde hace más de año y medio.
Según lo trascendido hasta el momento, Pekín aumentará sus importaciones de energía, productos agrícolas y farmacéuticos y dará entrada a más servicios financieros de Estados Unidos.
El documento, según indicó el viceministro de Comercio Exterior de China, Wang Shouwen, consta de nueve capítulos, que incluyen también un mecanismo de resolución de disputas y medidas sobre la propiedad intelectual, entre otros asuntos.
«Estados Unidos y China, basándose en igualdad y respeto mutuo, acordaron la primera parte del tratado comercial, que consiste en nueve puntos, incluida la protección de la propiedad intelectual, la transferencia de tecnologías, la agricultura y la alimentación», señaló Shouwen.
Precisó que la primera parte del documento abarca los servicios financieros y el tipo de cambio, las cuestiones de la transparencia y la ampliación del comercio.
«China y EEUU son las dos principales economías del mundo, y un acuerdo comercial y económico favorece a ambos Estados y sus pueblos, tendrá un impacto positivo en las esferas financiera, de inversiones, comercial y económica», dijo citado por Sputnik.
Asimismo, adelantó que ambas partes se comprometieron a cumplir lo antes posible con todos los procedimientos jurídicos, realizar la traducción y los ajustes necesarios, así como mantener las consultas para determinar el lugar y la fecha de la firma de la primera parte del acuerdo.
Por su parte, el presidente norteamericamo, Donald Trump, anunció a través de su cuenta en Twitter la concreción de «un gran Acuerdo Fase Uno» con China.
«Hemos alcanzado un gran Acuerdo Fase Uno con China. Ellos aceptaron muchos cambios estructurales y enormes compras de productos agrícolas, energía y artículos manufacturados, más mucho más», escribió en su cuenta de Twitter, y añadió que «las tarifas punitivas fijadas para el 15 de diciembre no serán cobradas».
Con esta primera fase del acuerdo queda sin efecto el aumento de aranceles mutuos que los dos países tenían previsto aplicar partir del domingo. Estados Unidos iba a elevar un 15% las tasas sobre cerca de 165.000 millones de dólares en productos chinos, mientras que Pekín esperaba hacer lo propio sobre cerca de 75.000 millones de dólares en productos estadounidenses.
Los nuevos aranceles de EE UU iban a aplicarse sobre productos electrónicos de consumo procedentes de China como televisores y teléfonos móviles, entre otros, en plena época de compras navideñas.
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