En la escuela le enseñan a los niñosque la Tierra está dividida en tres capas, que son la corteza, el manto y el núcleo, que a su vez se divide en núcleo interno y externo. Sin embargo existen otras capas más sutiles que los científicos están empezando a identificar en el interior profundo de nuestro planeta.
La revista Science publicó un informe en el que afirma que los geofísicos Jessica Irving y Wenbo Wu, de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, en colaboración con Sidao Ni, del Instituto de Geodesia y Geofísica de China,“descubrieron un grupo de enormes montañas dentro de las profundidades de la Tierra, que podrían ser más grandes que cualquier cosa que exista sobre la superficie”.
Según el reporte “esta cadena montañosa se encuentra a más de 600 kilómetros de profundidad, por debajo de la corteza de nuestro planeta, en una región misteriosa que se denomina manto”.
Las montañas en cuestión, que hasta la fecha habían permanecido ocultas ante e mundo, serían tan altas que incluso superarían al monte Everest, que cuenta con una altitud de 8848 metros y está localizada en la cordillera del Himalaya.
“Es difícil compararlas con las montañas que vemos en la superficie Este es un límite sólido-sólido, con sólido arriba y sólido abajo. Podrían ser tan grandes como el Everest, y quizás incluso más grandes”, indicó en un comunicado la doctora Jessica Irving, de la Universidad de Princeton.
Explicó que en lugar de una cresta que sobresale con un montón de espacio libre arriba, los picos de las montañas se alzan contra otras capas de roca, como los dientes de dos peines que se amontona.
Terremoto en Bolivia
Para poder observar lo que sucede a tanta profundidad, los investigadores utilizaron las ondas más potentes que existen en nuestro planeta, las ondas sísmicas que generan los terremotos masivos.
En este caso los geólogos examinaron las montañas utilizando lecturas sísmicas tomadas durante un fuerte terremoto que sacudió a Bolivia en 1994, pero que a pesar de ser muy poderoso no causó muertes.
El sismo de magnitud 8.2 en la escala de Richter estalló a más de 600 kilómetros debajo de la superficie de la Tierra. Nada tan poderoso se había visto en décadas, y su eco se sintió hasta en Canadá.
Visión única de la composición de la Tierra
A diferencia de los terremotos que se mueven a través de la corteza, la energía de este monstruos geológico pudo sacudir todo el manto como si se tratase de un envase lleno de gelatina.
Las ondas sísmicas producidas por el evento se dispersaron por medio de capas internas de la Tierra, lo que otorgó a los científicos una visión única de la composición del planeta.
Para el nuevo estudio, los investigadores examinaron el límite que existe entre el manto superior e inferior de la Tierra, que abarca unos 660 kilómetros por debajo de la superficie.
Aunque el equipo no pudo calcular la altura exacta de las montañas,existe la posibilidad de que sean más grandes que cualquier otra cosa en la Tierra.
El estudio les facilitará a los científicos comprender mejor cómo se formó la Tierra hace miles de millones de años y les muestra que puede haber más en las capas internas del planeta de lo que habían supuesto.
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