Por Krishen Mehta (*) / Globetrotter
En octubre de 2022, casi meses después de que comenzara la guerra en Ucrania, la Universidad de Cambridge en el Reino Unido armonizó encuestas conducidas en 137 países sobre sus actitudes hacia occidente por un lado, y Rusia y China por el otro.
A pesar de no estar exentos de margen de error, los resultados del estudio son lo suficientemente robustos para ser tomados en serio.
Estos son:
- De los 6.3 mil millones de personas que viven fuera de Occidente, el 66 por ciento tiene una percepción positiva en relación a Rusia y un 70 por ciento hacia China, y,
- El 66% que tiene esta percepción positiva sobre Rusia se distribuye en un 75% en el sur de Asia, 68% en la África francófona y 62% en el sureste de Asia.
- La opinión pública sigue siendo positiva en Arabia Saudita, Malasia, India, Pakistán y Vietnam.
Sentimientos de esta naturaleza han provocado ira, sorpresa e incluso rabia en Occidente. Se les hace difícil el creer que dos tercios de la población mundial no se pone de su lado.
¿Cuáles son algunas de las causas o razones para esto? Creo que hay cinco, tal como se explican en este breve ensayo.
1. El Sur Global no cree que Occidente comprende o empatiza con sus problemas.
El ministro de exteriores de India, S. Jaishankar, lo resumió de forma sucinta en una entrevista reciente: “Europa tiene que superar la mentalidad según la cual los problemas de Europa son los problemas del mundo, pero los problemas del mundo no son los problemas de Europa”.
Se refiere a los muchos desafíos que enfrentan los países en desarrollo bien sean relacionados con las secuelas de la pandemia, el alto costo de los servicios de deuda, la crisis climática que devasta sus vidas, el dolor de la pobreza, la carencia de alimentos, sequías y los altos precios de la energía.
Occidente apenas le ofrece gestos vacíos al Sur Global respecto a muchos de estos problemas. Aún así Occidente insiste en que el Sur Global se les una sancionando a Rusia.
La pandemia de Covid es un ejemplo perfecto: a pesar de las repetidas peticiones del Sur Global de compartir la propiedad intelectual de las vacunas, con el objetivo de salvar vidas, ninguna nación occidental estuvo dispuesto a hacerlo.
A la fecha, África sigue siendo el continente menos vacunado del mundo. África tiene la capacidad de fabricar las vacunas pero sin la propiedad intelectual, no puede hacerlo. Pero sí vino ayuda de Rusia, China e India.
Argelia lanzó su programa de vacunación en enero de 2021 luego de haber recibido el primer lote de vacunas rusas Sputnik V. Más o menos al mismo tiempo, Egipto empezó a vacunarse después de recibir la vacuna Sinopharm de China. Suráfrica procuró millones de dosis de AstraZeneca del Serum Institute de India. En Argentina, la Sputnik se convirtió en la columna vertebral de su programa de inmunización.
Todo esto ocurría mientras que occidente usaba sus recursos financieros para comprar por adelantado millones de dosis, con frecuencia destruyéndolas cuando expiraban. El mensaje al Sur Global era claro: sus problemas son suyos, no nuestros.
2. La historia importa: ¿quién estuvo ahí durante el colonialismo y después de la independencia?
Muchos países en América Latina, África y Asia ven la guerra en Ucrania a través de un lente distinto al de Occidente. Muchos de ellos miran a las antiguas potencias coloniales reagruparse como miembros de la alianza occidental.
Los países que han sancionado a Rusia o son miembros de la Unión Europea o lo son de la OTAN, o los aliados más cercanos a los Estados Unidos en la región Asia-Pacífico.
Por contraste, muchos de los países asiáticos, y casi todos los países en el Medio Oriente, África y América Latina han intentado mantenerse en buenos términos tanto con Rusia así como con Occidente, y en evitar las sanciones contra el primero. Será porque recuerdan su historia siendo los países que vivieron las políticas coloniales de occidente, un trauma con el que todavía viven pero que en gran medida Occidente olvidó.
Nelson Mandela solía decir que fue el apoyo tanto material como moral de la Unión Soviética el que ayudó a inspirar a los sudafricanos a derrocar al régimen del Apartheid. Es por esto que Rusia todavía es percibida de forma favorable por muchos países africanos. Y una vez llegada la independencia a estos países, fue la Unión Soviética la que los apoyó incluso a pesar de ella misma tener recursos limitados.
La represa de Aswan en Egipto, que tomó once años en ser construida, de 1960 a 1971, fue diseñada por el Instituto de Proyectos Hídricos de Moscú y en gran medida financiado por la propia Unión Soviética. La Planta de Acero de Bhilai en India, uno de los mayores proyectos de infraestructura en India, también fue construida por Moscú en 1959.
Otros países también se beneficiaron del apoyo ofrecido por la ex Unión Soviética, tanto político como económico, en Ghana, Mali, Sudán, Angola, Benín, Etiopía, Uganda y Mozambique.
El 18 de febrero de 2023, en la Cumbre de la Unión Africana en Addis Ababa, Etiopía, el ministro de exteriores de Uganda, Jeje Odongo dijo: “Fuimos colonizados y perdonamos a aquellos que nos colonizaron. Ahora los colonizadores nos piden que seamos enemigos de Rusia, que nunca nos colonizaron. ¿Esto es justo? Para nosotros no. Sus enemigos son sus enemigos. Nuestros amigos, nuestros amigos”.
Correcto o incorrecto, la Rusia de hoy en día es vista por muchos de estos países en el Sur Global como el sucesor ideológico de la Unión Soviética. Estos países tienen una memoria larga que les hace ver a Rusia de alguna manera de forma distinta. Dada la historia, ¿se les puede culpar?
3. El Sur Global ve la guerra en Ucrania como una que principalmente concierne al futuro de Europa en vez del futuro del mundo entero.
La historia de la Guerra Fría le enseñó a los países en desarrollo que verse inmiscuidos en los conflictos de los grandes poderes les generan pocos beneficios acarreando riesgos enormes. Y ven la guerra por delegación en Ucrania como una que se trata más del futuro de la seguridad europea que la del mundo en su totalidad.
Además, la guerra es vista por el Sur Global como una distracción costosa de los asuntos más urgentes con los que les toca lidiar. Estos incluyen los precios del combustible, de los alimentos, el costo de la deuda de los servicios y más inflación, mismos que se han agravado debido a las sanciones que Occidente le ha impuesto a Rusia.
Un sondeo reciente publicado por Nature Energy manifista que hasta 140 millones de personas serán empujadas hacia la pobreza extrema debido a los altos precios de la energía que se vinieron dando a lo largo del año pasado.
Los precios de la energía al alza no sólo impactan directamente a las facturas de la electricidad, sino que también conducen a la presión de precios ascendentes sobre todas las cadenas de suministro y bienes de consumo, incluyendo la comida y otras necesidades. Esto afecta a los países en desarrollo aún más que a Occidente.
Occidente puede aguantar la guerra “tanto como haga falta” debido a que tienen los recursos financieros y los mercados de capital para hacerlo. Pero el Sur Global no tiene el mismo lujo. Una guerra por el futuro de la seguridad europea tiene el potencial de devastar la seguridad de todo el mundo.
El Sur Global también está alarmado de que Occidente no está buscando negociaciones que puedan conducir a la guerra a un final anticipado. Hubo oportunidades perdidas en diciembre de 2021 cuando Rusia propuso revisar los tratados de seguridad para Europa que pudieran haber evitado la guerra y que fueron rechazados por Occidente.
Las negociaciones de paz de abril de 2022 en Estambul también fueron rechazadas por los mismos, en parte para “debilitar” a Rusia. Y ahora el mundo entero está pagando el precio de una invasión que los medios occidentales gustan de llamar “no buscada” y que podía haber sido evitada.
4. La economía mundial ya no está dominada por Estados Unidos o liderada por Occidente, y el Sur Global sí tiene otras opciones.
Varios países en el Sur Global cada vez más ven su futuro vinculado a países que ya no forman parte de la esfera de influencia occidental. O bien esta es su percepción de cómo está alejándose de Occidente el equilibrio de poder o son ilusiones parte de su legado colonial; revisemos algunas métricas que pudieran ser relevantes.
La parte de producción global de los Estados Unidos declinó de 21% en 1991 al 15% en 2021, mientras que el de China aumentó del 4 al 19% en el mismo período de tiempo. China es el mayor socio comercial de la mayor parte del mundo, y su PIB en paridad de poder adquisitivo supera al de los Estados Unidos.
Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) en 2021 tienen un PIB combinado de 42 billones de dólares comparados con los 41 billones del G7. Su población de 3.2 mil millones es 4.5 veces más que la población combinada de los países del G7, en 700 millones.
Los BRICS no le están imponiendo sanciones a Rusia ni le están suministrando armas al bando contrario. Mientras que, por otro lado, Rusia es el principal proveedor de energía y granos para el Sur Global, y China el principal proveedor en términos de financiamiento y proyectos de infraestructura a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Y ahora que Rusia y China están más cerca que nunca antes por la guerra, ¿qué significa todo esto para los países en desarrollo?
Significa que cuando se trata de financiamiento, alimentos, energía e infraestructura, el Sur Global debe apoyarse más en China y Rusia que en Occidente.
El Sur Global también está viendo la expansión de la Organización de Cooperación de Shanghai, más países queriendo incorporarse al BRICS, y muchos más ahora comerciando en divisas que se alejan del dólar, el euro u Occidente.
También ven el proceso de desindustrialización que se está dando en algunos países debido a los altos costos energéticos, junto a una inflación más alta. Esto hace que sea bastante visible en Occidente una vulnerabilidad económica que no era evidente antes de la guerra.
Con los países en desarrollo obligados a poner en primer lugar los intereses de sus propios ciudadanos, ¿es una sorpresa que vean su futuro más atado a países que no son liderados por Occidente o dominados por los Estados Unidos?
5. El “orden internacional basado en reglas” carece de credibilidad y está en declive.
El “orden internacional basado en reglas” es un concepto visto por muchos países del Sur Global como uno concebido por Occidente e impuesto unilateralmente por otros países.
Si acaso pocos países no-occidentales alguna vez se incorporaron a este orden. El Sur no se opone a un orden basado en reglas, pero otro en lugar del contenido actual concebido por estas reglas de Occidente.
Pero también nos debemos preguntar, ¿este orden internacional basado en reglas se aplica para Occidente?
Por décadas, para muchos países del Sur Global, Occidente es visto como quien “se ha salido con la suya” contra el mundo, sin consideración por las creencias de cualquier otro. Varios países fueron invadidos a discreción, la mayoría sin autorización del Consejo de Seguridad. Esto incluye a la ex Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia y Siria.
¿Bajo cuáles “reglas” fueron atacados o devastados estos países? ¿Fueron esas guerras provocadas o no? Julian Assange languidece en prisión, y Edward Snowden está en el exilio por tener el coraje (o quizás la audacia) de exponer las verdades detrás de estas acciones.
Las sanciones impuestas por Occidente a más de 40 países le imprimen penurias considerables y sufrimiento. ¿Bajo cuál ley internacional y “orden basado en reglas” fue que Occidente usó su fuerza económica para imponer estas sanciones? ¿Por qué los activos de Afganistán siguen congelados en bancos occidentales mientras que el país enfrenta hambrunas? ¿Por qué el oro venezolano sigue secuestrado en el Reino Unido mientras el pueblo venezolano vive a niveles de subsistencia?
Y si las revelaciones de Seymor Hersh son ciertas, ¿bajo cuál “orden basado en reglas” fue que Occidente destruyó el gasoducto del Nord Stream?
Parece tener lugar un cambio de paradigma lejos del mundo dominado por occidente y más hacia uno multipolar. Y la guerra en Ucrania ha hecho más evidentes las diferencias o simas que forman parte de ese viraje.
En parte por su propia historia, y en parte porque las realidades económicas que están emergiendo, el Sur Global ve al mundo multipolar como un resultado preferible en el cual sus voces es más probable que sean escuchadas.
El Presidente Kennedy culminó su discurso en la Universidad Americana en 1963 con las siguientes palabras: “Tenemos que poner nuestra parte para construir un mundo de paz donde los débiles estén a salvo y los fuertes sean justos. No estamos inermes ante esta tarea ni nos falta esperanza para verla tener éxito. Confiados y sin miedo, tenemos que trabajar hacia una estrategia de paz”.
Esa estrategia de paz era el desafío ante nosotros en 1963 y permanece siéndolo hoy en día. Y las voces por la paz, incluyendo las del Sur Global, necesitan ser escuchadas.
(*) Krishen Mehta es miembro de la junta del Comité para el Acuerdo Ruso-Americano (ACURA, por sus siglas en inglés) y es un socio de justicia global de la Universidad de Yale. Este artículo es distribuido por Globetrotter en colaboración con ACURA.
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