Una tarea colosal y compleja comienza India este sábado, al iniciarse una de las mayores campañas de vacunación contra el coronavirus del planeta, informó la agencia AFP.
En un contexto de miedo sobre la seguridad de la vacuna, una infraestructura tambaleante y el escepticismo público, India se sitúa como el segundo país más poblado del mundo. Espera vacunar a 300 millones de sus 1.300 millones de habitantes para julio, un número casi similar al de toda la población estadounidense.
Las personas que trabajan en salud, las mayores de 50 años y las consideradas de alto riesgo son los grupos prioritarios para recibir dos vacunas aprobadas, aunque una de ella todavía no ha completado los ensayos clínicos.
Solo en el primer día, el plan es inyectar la primera de dos dosis a 300.000 personas, entre ellas al primer ministro Narendra Modi que dará el pistoletazo de salida en Nueva Delhi. Las autoridades aseguran que las experiencias en organizar elecciones y en campañas de vacunación infantil de la polio y la tuberculosis les servirá para esta enorme inmunización.
El desafío indio
En torno a 150.000 trabajadores sanitarios en 700 distritos han sido formados y se han realizado varias pruebas para el transporte de las vacunas. Pero las dimensiones del país y la pobreza -unidos a unas redes muy deficitarias de transporte y uno de los sistemas sanitarios con menos recursos- hacen que la tarea sea titánica.
Las dos vacunas aprobadas, hasta ahora, deben mantenerse en frío todo el tiempo y otras que están en desarrollo también deberán conservarse a temperaturas muy bajas. Para ello, India cuenta con unas 45.000 heladeras, 41.000 congeladores de altas temperaturas y 300 refrigeradores de energía solar. Se necesitarán sobre todo cuando lleguen las altas temperaturas del verano indio.
No obstante, en los recientes ensayos en el rural Uttar Pradesh se veía a un trabajador llevando cajas de falsas vacunas en la barra de su bicicleta. Asimismo, preocupan los planes para gestionar todo el proceso mediante la aplicación desarrollada por India, CoWIN, de la que ya hay varias versiones falsas y no siempre las líneas telefónicas funcionan. Las autoridades también necesitan asegurarse de que la vacuna no termine en el mercado negro de medicamentos del país.
La aprobación de la vacuna Covaxin que está desarrollando Bharat Biotech sin haber concluido los ensayos humanos de tercera fase, así como la muerte de un participante en los ensayos, no ha hecho más que erosionar la confianza en la inmunización. La otra vacuna que ha recibido la luz verde es Covishield, una versión de la que han desarrollado la farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford que se fabrica en el Serum Institute de India, el mayor fabricante de vacunas del mundo.