Francia lidera el repudio europeo a las sanciones de EE. UU. contra el canciller de Irán, Mohamad Yavad Zarif, en un comunicado emitido este jueves conjuntamente con Alemania y el Reino Unido
De manera oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia informó este jueves que París, Berlín y Londres —aliados de Washington— están preocupados por la decisión de Estados Unidos de imponer sanciones contra el jefe de la Diplomacia iraní.
Resalta, asimismo, que los titulares de Exteriores de los tres países europeos tienen un contacto habitual con Zarif para intentar rebajar la presión actual, y la medida estadounidense, en la práctica, deja al diplomático persa fuera de cualquier diálogo.
“Consideramos que todos los canales diplomáticos deben permanecer abiertos, particularmente en un contexto de altas tensiones”, ha puesto de manifiesto la Cancillería gala, además de subrayar que Francia no apoya la medida de Washington.
El miércoles, el Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, anunció sanciones contra Zarif, argumentando que el canciller es “el principal portavoz” del Gobierno iraní en el mundo e “implementa la temeraria agenda del Líder de Irán (el ayatolá Seyed Ali Jamenei)”.
Alemania, por su parte, lamentó este mismo jueves, a través de su Cancillería, que la medida puede obstaculizar las soluciones diplomáticas y resaltó la importancia de mantener canales de comunicación para evitar que se intensifiquen las tensiones.
Respuesta de Irán
El Departamento del Tesoro de EE. UU. anunció el miércoles una serie de sanciones contra Mohamad Yavad Zarif, justificando la medida con el argumento de que “actuó o intentó actuar, directa o indirectamente”, en nombre del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
En un nuevo comentario hecho este jueves, el embajador iraní en Francia, Bahram Qasemi, ha considerado la nueva medida antiiraní “producto de la política de intimidación, unilateral y cruel de un país que, por error, se considera a sí mismo cuna de la libertad y la democracia, y lo más amargo de todo es que alberga la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”.
El aspecto “más trágico” de incluir a Zarif en la lista de restricciones es que “esta vez no se trata de sanciones injustas e ilegales económicas y de medicamentos, sino se trata de sanciones al diálogo y de intentos para sofocar la libertad de expresión diplomática”, denunció el exportavoz de la Cancillería iraní.
Por esta razón, “el nuevo Estados Unidos ya no es un lugar apto para que siga siendo la sede de las Naciones Unidas”, indicó Qasemi.
Anunciar sanciones contra Zarif, de acuerdo con el diplomático, forma parte de los intentos para “propagar la epidemia de hacer oídos sordos a las posturas y las observaciones de la gran nación iraní por parte de las autoridades egoístas, déspotas y antidemocráticas, que buscan dictar sus reglas a otros países, incluidos sus aliados”.
Ante tal coyuntura, Qasemi se mostró convencido de que “los países y las naciones independientes y soberanas del mundo no tolerarán semejantes conductas infantiles y discriminatorias”.
Hay especulaciones de que la medida es “un nuevo intento” de la administración estadounidense para anular el acuerdo nuclear del 2015, del que salió en mayo de 2018, mientras Europa está, aparentemente, intentando salvarlo.
Zarif, a su vez, ha hecho hincapié en que las sanciones no afectarán las decisiones de Irán para reducir sus compromisos asumidos en virtud del acuerdo nuclear por la inacción de Europa en garantizar los intereses del país persa tras el sabotaje nuclear de Washington.
Comunicado del secretario del Tesoro estadounidense
La nota, en concreto, indica que la decisión en cuestión se adoptó por el hecho de que Zarif “actuó o intentó actuar en nombre, directa o indirectamente” del Líder de Irán.
Esta medida, según el texto, constituye un “mensaje” de EE. UU. a la República Islámica de que “su comportamiento es totalmente inaceptable”.
Conforme detalla el comunicado, las sanciones prohíben al máximo diplomático persa viajar o realizar transacciones hacia o a través de los Estados Unidos.
“Los que realicen ciertas transacciones con la persona designada hoy, pueden verse expuestos a la misma designación”, señala el comunicado.
El secretario del Tesoro estadounidense ya había anunciado en junio que Trump le había ordenado que sancionara a Zarif.
La mentira del diálogo de Washington
Al respecto, el presidente de Irán, Hasan Rohani, había dicho anteriormente que una posible sanción contra Zarif sería otra muestra de la mentira que suponen las propuestas de diálogo de Washington.
El propio canciller iraní, a su vez, había restado importancia a las medidas restrictivas de EE. UU., asegurando que no afectarían su vida personal.
“Todos los que me conocen saben que mi familia y yo no tenemos ninguna propiedad fuera de Irán. Personalmente, ni siquiera tengo una cuenta bancaria fuera de Irán. Irán es mi vida entera y mi único compromiso. Así que no tengo ningún problema personal con las posibles sanciones”, indicó en una entrevista concedida a principios de julio al diario estadounidense The New York Times.