Lara Grau, jefa de la sección de Adicciones y Patología Dual del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona (España), se mostró preocupada al constatar que las personas con adicciones a las drogas están consumiendo un 80% más de alcohol y un 30% más de fármacos durante el confinamiento.
«Al no poder acceder a la sustancia que consumen habitualmente, han empezado a tomar otras que son más accesibles. Se han incrementado, por ejemplo, las prescripciones en farmacia de las benzodiacepinas, un medicamento que puede actuar como sustitutivo», explicó la experta a Europa Press.
Advirtió Grau que lo peligroso del asunto es que la ingesta de sustancias etílicas puede aumentar la ansiedad y el estrés y, a su vez, disminuir las defensas del organismo e incrementar el riesgo de contagio de la Covid-19.
Recalcó la directiva del centro hospitalario que el alcohol «puede elevar considerablemente los niveles de ansiedad y el estrés, descontrolar las emociones y generar más problemas» porque reduce las defensas del organismo, por lo cual el peligro de infección es superior.
Además, defiende que la falta de accesibilidad tiene «un lado positivo» porque en las últimas tres semanas han iniciado el tratamiento con metadona una treintena de personas que consumían heroína.
Por otra parte los últimos datos de compra de alimentos publicados por el Ministerio de Agricultura español, reflejó un importante incremento de productos “que habitualmente se consumen en bares y restaurantes”, con crecimientos por encima del 50%, como vino, cerveza y bebidas espirituosas, reseñó el diario La Vanguardia.
Señaló el despacho ministerial que el cierre de bares y restaurantes por el estado de alarma no ha borrado costumbres arraigadas como la del aperitivo o el tapeo.
Los índices de compras revelan que las tabletas de chocolate, snacks y frutos secos se encuentran entre los grupos de alimentos que más crecieron durante la semana del 30 de marzo al 5 de abril, tanto respecto a la semana anterior como al mismo periodo del año pasado.
En concreto, la compra de vino aumentó un 37,7% de semana a semana y un 62,6% en comparación con el 2019; la de bebidas espirituosas un 29,8% y 79,3% respectivamente, mientras que en el caso de la cerveza la subida es del 14,9% y del 70,1%.