Contener la migración y el tráfico de fentanilo: medidas de presión de Lutnick para evitar aranceles

Las recientes declaraciones de Howard Lutnick, nominado a secretario de Comercio de Estados Unidos, muestran una peligrosa tendencia hacia el uso de aranceles como una herramienta política para presionar a México y Canadá a actuar en temas que van más allá de lo estrictamente comercial, como la contención de la migración y el tráfico de fentanilo. Si bien la lucha contra estos problemas es una responsabilidad compartida, condicionar las relaciones comerciales a estos asuntos es una estrategia que plantea serios riesgos para la diplomacia y el comercio global.

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Lutnick afirmó en su audiencia de confirmación que Estados Unidos podría flexibilizar sus políticas arancelarias si ambos países actúan «con rapidez» en estos temas. Esta postura deja entrever una falta de respeto por los marcos multilaterales de cooperación y un desdén por las negociaciones diplomáticas, que deberían basarse en la colaboración, no en la coerción. Convertir un problema de salud pública y uno humanitario, como lo son el tráfico de drogas y la migración, en palancas comerciales.

Es evidente que la política arancelaria de Estados Unidos, lejos de centrarse en la justicia comercial, se está convirtiendo en un instrumento para la imposición de condiciones que exceden el ámbito económico. La retórica de Lutnick, que incluye que «podemos usar los aranceles para crear reciprocidad, justicia y respeto», subraya el enfoque agresivo que ha caracterizado las relaciones internacionales bajo la influencia de Trump, utilizando las tarifas como una herramienta punitiva en lugar de un mecanismo para promover el libre comercio y la cooperación.

Esta postura también ignora las repercusiones internas para los propios ciudadanos estadounidenses, quienes terminarían pagando el costo de estos aranceles en forma de precios más altos en productos importados. Además, amenaza con socavar las relaciones comerciales con dos de los principales socios económicos de Estados Unidos, México y Canadá.

El mensaje de Lutnick es claro: o México y Canadá cumplen con demandas de carácter interno para Estados Unidos, o se enfrentarán a duras consecuencias económicas. Pero lo que está en juego no solo son los aranceles, sino la confianza y el respeto mutuo que son esenciales para una relación bilateral o trilateral sólida.

Foto: Redes

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