Israel intensifica sus ataques en la Franja de Gaza, generando daños en escuelas de las Naciones Unidas, hospitales y convoyes de ambulancias. Sus tropas avanzan hacia la región Palestina, a pesar de las crecientes presiones de Estados Unidos y de estados árabes que instan a permitir pausas humanitarias en la región.
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De acuerdo con un nuevo reporte del ministerio de Salud de Hamás, al menos 45 personas murieron y un centenar resultaron heridas en un bombardeo israelí que tuvo como blanco el campo de refugiados de Maghazi, ubicado en el centro de la Franja de Gaza, la noche del sábado. Previamente, se habían reportado 30 fallecidos en dicho ataque.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha hecho caso omiso de las claras advertencias planteadas por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien había sñalado que Israel se arriesga a perder cualquier esperanza de un eventual acuerdo de paz con los palestinos si no se alivia la crisis humanitaria en la Franja de Gaza, donde residen aproximadamente 2 millones de habitantes.
Blinken, en lugar de un cese total del fuego, propuso pausas localizadas en el combate y viajó a la capital de Jordania en un esfuerzo por obtener el apoyo de altos funcionarios regionales que se muestran indignados y profundamente desconfiados de Israel debido a su escalada en el conflicto con Hamas.
El viernes, el ejército israelí admitió haber atacado una ambulancia frente al hospital Al Shifa, alegando que era «utilizada» por Hamás. Este bombardeo dejó 15 muertos y 60 heridos, según el ministerio de Salud de Hamás.
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