Por Li Jiarui
(Xinhua) — La cooperación chino-latinoamericana en infraestructura es necesaria para cerrar la brecha de inversiones en América Latina y mejorar el bienestar de la región, coincidieron expertos durante la primera edición del Foro de Desarrollo de China-América Latina y el Caribe, celebrado recientemente en Beijing, la capital del país asiático.
Especialistas latinoamericanos y chinos destacaron que la brecha en infraestructuras obstaculiza el desarrollo y bienestar de América Latina, mientras que la cooperación con China podría disminuirla, con logros tangibles y más espacio todavía para la colaboración.
BRECHA DE INFRAESTRUCTURAS
América Latina enfrenta «desafíos urgentes» en infraestructura de servicios, integración física entre países, inclusión digital y recuperación social y económica pospandemia, dijo el vicepresidente corporativo de Programación Estratégica del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), Christian Asinelli, en entrevista con Xinhua.
Igualmente, destacó que la región cuenta con «activos invaluables para el mundo», como su enorme biodiversidad, gran capacidad para la producción de alimentos y una de las matrices de generación eléctrica más limpias del mundo.
«En ese marco de aparentes contradicciones, la necesidad de generar mayores niveles de inversión en infraestructura, mejores condiciones para la sinergia entre el sector público y privado de los países y nuevos marcos normativos que sean más convenientes para todos los actores implicados en el área resulta urgente y primordial», señaló.
Según una investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), América Latina y el Caribe necesitará invertir 2.220.736 millones de dólares, hasta 2030, en los sectores de agua y saneamiento, energía, transporte y telecomunicaciones; para expandir y mantener la infraestructura necesaria que permita cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible.
Del total, un 59 por ciento deberá destinarse a inversiones en infraestructura nueva, mientras que el 41 por ciento restante serían inversiones de mantenimiento y reposición.
La región de América Latina y el Caribe necesitará invertir en infraestructura al menos un 3,12 por ciento del PIB cada año, hasta 2030, según estimaciones del BID.
La directora general de Política de Cooperación en la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), Luisa Hortensia Solchaga, opinó en entrevista con Xinhua que las infraestructuras, un tema «bastante amplio», ofrecen «una gran ventana de oportunidad donde pudiéramos colaborar todos».
COOPERACIÓN CON CHINA
Ante esta realidad, Asinelli añadió que América Latina y el Caribe y China son socios para el desarrollo, dado que ambas partes comparten «oportunidades estratégicas y multidimensionales».
«Específicamente en el área de infraestructura, identificamos sectores prioritarios de inversión china como el desarrollo y la construcción, la innovación, además de la alta tecnología, las fintech y la inteligencia artificial», declaró.
Además, puso como ejemplo el Parque Solar Cauchari, en Argentina, la planta fotovoltaica más grande de América Latina, para explicar las «muchísimas oportunidades en el desarrollo de operaciones de capitales chinos en el campo del litio y la transición energética justa».
Por su parte, el secretario general adjunto de la Asociación de Contratistas Internacionales de China, Su Jianguo, especificó que atendiendo al ámbito de la cooperación país-región en infraestructura, América Latina representa alrededor del 12 por ciento de la colaboración global del país asiático, solo superada por Asia (50 por ciento) y África (30 por ciento).
«La cooperación en infraestructura entre China y América Latina se ha acelerado en la última década, siendo Brasil, Perú, México, Panamá, Colombia y Chile los principales destinos», lo cual refleja una «diversificación de los mercados» en comparación con la década pasada, según Su.
Opinó que, actualmente, la cooperación chino-latinoamericana en infraestructura destaca por su amplitud y profundidad, estar enfocada en el bienestar social y la innovación en los modelos de colaboración.
«Al llevar a cabo proyectos de infraestructura en América Latina, ponemos de relieve el bienestar de las personas y los beneficios sociales, creando un gran número de oportunidades de empleo y protegiendo el medio ambiente local», valoró.
MIRANDO HACIA EL FUTURO
Los expertos manifestaron su optimismo sobre el futuro de la cooperación chino-latinoamericana en infraestructura sin ignorar los riesgos y haciendo recomendaciones a todas las partes.
De acuerdo con Su, factores como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la necesidad de inversión en infraestructuras, el potencial del desarrollo ecológico y la abundancia de capital humano joven en América Latina y el Caribe impulsarán la cooperación con China.
En cuanto a los principales retos, mencionó las dificultades generadas por la distancia geográfica y cultural, la falta de divisas debido a unos tipos de interés elevados en EE. UU. o los umbrales relativamente altos de algunos países para las licitaciones y las restricciones en materia de visados.
«Los gobiernos deben reforzar la comunicación y coordinación de las políticas», impulsando «el reconocimiento mutuo de normas, el intercambio de tecnologías y la integración de industrias», mientras que ambas partes también han de «fomentar la cooperación en toda la cadena industrial», además de «ampliar los canales de financiación», propuso.
Para Solchaga, «siempre es muy positivo» contribuir al desarrollo regional a través de colaboraciones en infraestructuras, pero se deben tener en cuenta «los intereses de cada uno de los países de la región y sus planes de desarrollo».
Mencionó el ejemplo del puerto de Chancay, construido por China al norte de Lima, la capital de Perú, un «punto neurálgico» de conexión entre América Latina y Asia, según la presidenta peruana, Dina Boluarte.
Es «definitivamente una gran experiencia», sostuvo Solchaga. Y la construcción de puertos marítimos es «un área que pudiera explorarse» en la cooperación chino-latinoamericana en infraestructura, dado que China cuenta con los conocimientos y tecnologías para desarrollarlas, pero también hay que «hablar de lo que le interesa a cada uno de los países», concluyó la directora general de Política de Cooperación en Amexcid.
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