Sigue el intercambio de amenazas entre el Gobierno de Corea del Norte y Estados Unidos (EE.UU.), después de que el pasado domingo los estadounidenses desplegaran en Corea del Sur un bombardero B-52 cargado con misiles nucleares.
Tras el anunció de Pyongyang sobre la prueba exitosa de la bomba de hidrógeno el pasado 6 de enero, EE.UU. tomó medidas para prevenir cualquier amenaza desde Corea del Norte.
Técnicamente, ambos países se mantienen en guerra ya que para finalizar el conflicto militar que protagonizaron entre 1950-1953 lo que se firmó fue una tregua y no un tratado de paz. A pesar de la insistencia de Pyongyang de sellar el pacto, Washington se muestra reticente y sigue manteniendo unos 28.000 soldados en Corea del Sur.
Además de la preocupación mostrada por Rusia, las Naciones Unidas y los países europeos, también el papa Francisco expresó hoy su inquietud por el ensayo militar durante el discurso de inicio de año dirigido a los embajadores acreditados ante la Santa Sede: «El año que acaba de comenzar se presenta lleno de desafíos y ya han aparecido en el horizonte muchas tensiones», dijo el pontífice.