Investigada por la Justicia y tras perder la confianza de los ciudadanos y de su propio partido, la presidenta surcoreana, Park Geun-hye , anunció este miércoles en un discurso televisado que renunciará antes de que acabe su mandato y dejó su cargo en manos del Parlamento.
La jefa de Estado instó a la Asamblea Nacional a organizar el calendario y los procedimientos legales para su dimisión y la correspondiente transferencia del poder, en su tercer discurso público desde que comenzara a destaparse hace más de un mes el caso de la «Rasputina coreana».
De finalizar su mandato antes de tiempo, la primera mujer jefa de Estado de Corea del Sur sería también la primera en casi tres décadas sin regímenes autoritarios en no completar su mandato de cinco años, que cumpliría en febrero de 2018 dos meses después de las elecciones presidenciales.
En los últimos días se multiplicaron las peticiones de dimisión de la presidenta, incluso entre sus otrora seguidores más incondicionales, y muchos diputados del partido han asegurado que votarán a favor del «impeachment».
En su discurso, Park también se comprometió a «colaborar con la investigación» incluso antes de dimitir, a pesar de que solo un día antes se había negado a ser interrogada ante los fiscales después de que estos la señalaran como «cómplice» en el caso.
Se interpreta que la presidenta no se refería a cooperar con la justicia ordinaria, sino con la investigación independiente que prepara el Parlamento a cargo de un consejo con dos miembros elegidos por la oposición y uno por ella misma, con el apoyo de más de un centenar de técnicos y expertos.
El de Park, hija del dictador Park Chung-hee que gobernó con mano de hierro el país en las décadas de los años 60 y 70, sería elprimer «impeachment» en Corea del Sur desde la fundación del país en 1948.