Un número importante de surcoreanos ha manifestado su rechazo a formar parte de las tensiones bélicas de EEUU con países como China, Rusia, Irán y su vecina Corea del Norte.
Así quedó demostrado el pasado 17 de julio en un hecho que pasó inadvertido para la prensa tradicional, cuando cerca de 3 mil personas salieron a las calles para oponerse al despliegue de sistemas antimisiles norteamericanos THAAD.
La movilización fue organizada por el National THAAD Countermeasure Council y se desarrolló pacíficamente hasta la Plaza Cheonggye de Seúl con la participación de la Confederación de Sindicatos Coreanos, informó MinPlus.
Los convocantes llamaron a bloquear la avanzada militar que “amenaza la paz en el Norte de Asia y pone condiciones más difíciles para la economía coreana” al fomentar un escenario de guerra fría en la región.
Mientras Washington dice que el THAAD protegerá a sus tropas y a los surcoreanos, habitantes locales han temido que la tecnología impacte en su salud y en el sector agrícola ante informaciones – desestimadas por Occidente – que vinculan los radares del nuevo sistema con el cárcel y la infertilidad.