La Corte Penal Internacional (CPI) anunció que iniciará una investigación para analizar los supuestos crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos durante el conflicto armado en Afganistán, tanto por los soldados de Estados Unidos y miembros de la CIA, como por los talibanes y las fuerzas afganas entre 2003 y 2014.
Esta decisión, viene precedida de una primera petición por parte de la fiscal Fatou Bensouda, presentada a la Corte en noviembre de 2017 y rechazada en abril de 2019, al considerar que eso «no serviría a los intereses de la justicia».
Sin embargo, y conforme al artículo 15 del Estatuto de Roma que autoriza al fiscal a “iniciar una investigación sobre la base de información acerca de un crimen de la competencia de la Corte”, la Sala aceptó escuchar argumentos orales que pudiesen acreditar dicha investigación en diciembre de 2019.
Finalmente, los jueces de la Corte han dado su autorización a la petición de Bensouda, que buscará demostrar crímenes de guerra cometidos en Afganistán desde el inicio del conflicto por parte de Estados Unidos y sus aliados.
«La fiscal está autorizada a comenzar una investigación por presuntos crímenes cometidos en el territorio de Afganistán después del 1 de mayo de 2003″, declaró el juez Piotr Hofmanski, al tiempo que destacó que que el examen preliminar de Bensouda había encontrado motivos razonables para creer que se cometieron crímenes de guerra en Afganistán y que el tribunal tiene la jurisdicción para hacerlo.
Bensouda considera que existen motivos para abrir una investigación sobre los abusos cometidos entre 2003 y 2014, incluidos los presuntos asesinatos en masa de civiles por parte de los talibanes, así como la presunta tortura de prisioneros por parte de las autoridades afganas y por las fuerzas estadounidenses y la CIA.
Según el sumario de la CPI, «miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos cometieron los crímenes de guerra de tortura y trato cruel, atentados contra la dignidad personal, violación y otras formas de violencia sexual» desde el 1 de mayo de 2013.
El mismo documento advierte que hay una «base razonable» para creer que «miembros de la CIA» cometieron los mismos delitos en Afganistán y en otros tres países (Polonia, Rumanía y Lituania) contra detenidos acusados de terrorismo.
CPI despierta la ira de Trump
La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, se había opuesto firmemente a que la CPI, un tribunal fundado en 2002 para juzgar las peores atrocidades cometidas en el mundo, abriera cualquier investigación sobre Afganistán.
Estados Unidos, que no es miembro de la Corte, anunció a mediados de marzo unas sanciones sin precedente contra ese tribunal internacional, con restricciones de visado a cualquier persona «directamente responsable» en una eventual investigación «contra militares estadounidenses».
Luego de anunciarse el inicio de a investigación, el Departamento de Estado norteamericano emitió un comunicado en el que califica “por demás imprudente” la decisión de la CPI, ya que se produce a unos días de que Estados Unidos y el Talibán firmaran un acuerdo de paz “que constituye la mejor oportunidad de paz en Afganistán en toda una generación”.
En esa declaración, el Gobierno estadounidense acusa a la CPI de tener sus propias metas y de haber desoído la petición del Gobierno de Afganistán de no fallar en ese sentido. Del mismo modo, asegura que tomará todas las medidas necesarias para proteger a sus ciudadanos de las decisiones de la Corte.
Además el Secretario de Estado, Mike Pompeo, advirtió que se tomarán “medidas adicionales, incluidas sanciones económicas si la CPI no cambia su política”.
El reciente acuerdo, es visto por muchos como una táctica de Estados Unidos para ocultar la derrota de la guerra, la más larga librada por la superpotencia, que en 19 años ha dejado 2.500 soldados norteamericanos muertos y supuesto a sus contribuyentes un costo de más de 1.000 millones de dólares.
Según Naciones Unidas, cerca de 3.500 civiles murieron y otros 7.000 resultaron heridos a causa de la guerra en Afganistán el año pasado.
Según este organismo, el conflicto en Afganistán en los últimos 10 años ha dejado un saldo de 100.000 civiles muertos o heridos.
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