Desobedeciendo las advertencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU), de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) e incluso de Estados Unidos, los gobiernos de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes Unidos perpetraron este miércoles un asalto a Hodeida, el principal punto de acceso de la ayuda humanitaria a Yemen y el mayor puerto en manos de los rebeldes Huthi.
La operación armada, inició a medianoche tras vencer “el ultimátum” que le habían dado “al grupo”, indicó un comunicado difundido por el Gobierno de Abdrabbo Mansur Hadi, en el cual se expresa, “la liberación del puerto de Hodeida es un punto de inflexión en nuestra lucha para recuperar Yemen de las milicias que lo secuestraron al servicio de intereses extranjeros”.
Sin embargo, numerosos observadores sospechan que en realidad se trata de rodear por completo el enclave noroccidental en el que se han hecho fuertes los Huthi para cortarles el abastecimiento, asfixiarlos económicamente y forzar su rendición.
La embajadora de la Unión Europea (UE) para Yemen, la española Antonia Calvo, advirtió que “esta ofensiva militar va a echar por tierra toda posibilidad de un acuerdo de paz”. Mientras, analistas yemeníes temen que Hodeida se convierta “la Alepo de Yemen”.
Yemen, tragedia silenciosa
La inestabilidad política por décadas, gobiernos inhábiles y corruptos, la virtual ausencia de leyes, la falta apoyo y de invisibilización internacional, son el trasfondo de la miseria, el hambre y la ausencia de servicios en el país más castigado de la región occidental.
Según un informe presentado por la ONU, 14,4 millones de los 26 millones de pobladores de Yemen no tienen la comida necesaria, de ellos, 2,4 millones han sido desplazados de sus hogares por la guerra y se agrupan en campos de refugiados donde no existen las condiciones mínimas de subsistencia.
Epidemia de cólera, niños malnutridos que llegan en oleadas a los hospitales y el olvido del gobierno desde hace meses, en el pago de los salarios de los empleados públicos, son algunas de las consecuencias de las condiciones infrahumanas en las que viven los yemeníes.
Los centros de atención médica también carecen de suministros esenciales y la situación empeora día a día, destaca el informe de la ONU.
Desde hace más de un año, la entrega de alimentos es un suplicio, tras el bombardeo saudita que destruyó el puerto de Hodeida, en el Mar Rojo, por donde Yemen importaba el 90% de sus alimentos antes de estallar la guerra. Además, la voladura de un puente entre el puerto y la capital, tras otro ataque, ya sumaban inconvenientes para impedir la entrega de los alimentos a tiempo.