El fundador de Wikileaks, estuvo recluido dentro de la embajada durante los últimos dos años como un privado de libertad y en condiciones de tortura, eso a pesar de estar bajo la protección del Estado ecuatoriano
El 11 de abril de 2019 ha quedado como uno de los días más funestos de la historia mundial. La captura de Julian Assange -gracias a la complicidad del presidente de Ecuador, Lenín Moreno- ha convertido ésta fecha en un lamentable precedente para la violación directa e irrespeto a los derechos humanos, el derecho al asilo, a la libertad de prensa, a la ciudadanía ecuatoriana, a la soberanía de una nación, a la legalidad diplomática, a la democracia, a la paz y las libertades plenas.
Toda la vulneración de los derechos humanos y ciudadanos de Julian Assange se comenzaron a perpetrar cuando el actual jefe de Estado ecuatoriano llegó al poder y negoció la cabeza del periodista australiano con los gobiernos de Estados Unidos (EE.UU.) y del Reino Unido.
Y es que durante el régimen de Moreno, Assange pasó de ser un asilado -con plenos derechos- bajo la protección del Estado ecuatoriano, a un privado de libertad sin ningún tipo de condiciones para garantizar su salud y vida, es decir, Lenín Moreno permitió que dentro de la sede de la embajada ecuatoriana en Londres, Inglaterra, se violentara el fuero de asilado de su protegido y, en consecuencia, se ejecutaran una serie de restricciones hasta llevarlo a condiciones de tortura. En pocas palabras, la sede diplomática fue convertida en una extensión de la cárcel de Guantánamo.
Desde hace meses se venían vislumbrando que el destino de Assange era terminar en manos del gobierno británico para luego ser deportado a EE.UU. Así lo quiere el gobierno de Donald Trump, y seguramente esa será la agenda para el periodista, a menos que en el camino Wikileaks tenga una carta bajo la manga que pueda poner en evidencia -nuevamente- el entramado que bajo la cartilla de «confidencial» o de «asunto de seguridad nacional» esconde el gobierno estadounidense y sus aliados.
La persecución de EE.UU. y Gran Bretaña contra Assange se originó el 28 de noviembre de 2010, cuando el periodista australiano filtró -a través del portal Wikileaks- una serie de documentos diplomaticos de los Estados Unidos en los que se delataban los planes y verdaderos intereses de Washington sobre sus conflictos bélicos en Irak, Afganistán, la violación de los derechos humanos de civiles alrededor del mundo por parte de tropas estadounidenses, así como la injerencia de miembros del Alto Gobierno como Hillary Clinton en los asuntos internos de Libia, Siria, Irán, Venezuela, entre otras naciones del planeta.
En el caso puntual de Venezuela, varios de los correos divulgados por Wikileaks corroboran que dentro de los planes para derrocar el proceso bolivariano que lideró Hugo Chávez y que continúa el Presidente, Nicolás Maduro, está la estrategia del saboteo al servicio eléctrico, como un punto importante para lograr los objetivos de Washington, una realidad que es ejecutada en este momento en el país suramericano.
Desde entonces, la vida de Assange está amenazada. Así fue como el martes -19 de junio de 2012- Julian se refugió en la embajada de Ecuador en Londres, víctima de una brutal persecución política que se gestaba en su contra luego de que filtrara a través de Wikileaks más de 250.000 documentos del gobierno estadounidense que exponían Crímenes de Estado, en que se detalla cómo la Casa Blanca realizaba acciones de intervención ilegales y espionaje contra políticos extranjeros y altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de sus misiones diplomáticas. A ésto se sumaron luego documentos militares secretos estadounidenses sobre las invasiones y posteriores guerras contra Irak y Afganistán.
Desde entonces, el periodista y programador australiano, creador de la red WikiLeaks (2006) -una organización sin fines de lucro que publica documentos de interés público- no había podido salir de la sede diplomática ecuatoriana en Reino Unido, eso a pesar de que durante su estadía en ella le fue concedida la ciudadanía ecuatoriana.
Assange fue arrestado en Londres el 7 de diciembre del 2010, luego que agentes de Scotland Yard lo detuvieran, en tiempo récord, tras el pedido de Suecia de extradición. El hecho se produjo bajo el argumento de supuestos “cargos sexuales” que habrían sido denunciados por dos mujeres quienes acusaron al fundador de Wikileaks de haber tenido relaciones sexuales con ellas «sin usar preservativos», cargos que más tarde fueron retirados por el poder judicial sueco.
Así logra salir Assange de esa detención y pagar una fianza de 200.000 libras en efectivo, además de avales por otras 40.000 libras, unos 285.000 euros en total. Esto ocurrió 10 días después que WikiLeaks comenzó a filtrar los 251.287 documentos a través de su sitio web, que mostraban el accionar del Gobierno estadounidense y las instrucciones que daba a sus diplomáticos para realizar labores de espionaje.
Su situación significaba un gran riesgo, pues si Assange era apresado nuevamente por la justicia británica, sin contar ya con su condición de asilado, sería extraditado a EE.UU. y ahí lo procesarían por cargos de espionaje en una corte marcial, cuestión por la enfrentaría una eventual pena de muerte.
Moreno abrió las puertas de la embajada para que sacaran a Assange
En las distintas imágenes difundidas por los medios de comuinicación este jueves -11 de abril de 2019- quedó documentado que Julian Asssange nunca se entregó sino que fue sacado por la fuerza de su condición de asilado diplomático por un grupo de policías británicos que se lo llevaron obligado, a empujones y cargado, con la permisividad del régimen del ultraderechista Lenín Moreno, un acto que viola no sólo la normativa legal internacional entre los Estados sino sus derechos ciudadanos y humanos.
Así el presidente de Ecuador no sólo ratifica su servilismo al gobierno estadounidense sino que también se convierte -frente a las cámaras del mundo- en el cómplice y mayor responsable de todo lo que le suceda de ahora en adelanta a la vida de Assange.
El accionar de Moreno mostró sus costuras cuando apenas tenía dos meses dentro del Palacio de Carandolet, en Quito. Desde entonces, su silla presidencial ha servido, además de traicionar al pueblo que lo eligió pensando en que sería un líder para la Revolución Ciudadana que continuaría las políticas soberanas impulsadas por su antecesor, Rafael Correa, para ser el vasallo más complaciente del magnate Donald Trump.
Y es que para el presidente ecuatoriano era fundamental callar, aislar y entregar a Assange a sus perseguidores, sobre todo luego que Wikileaks develara que Moreno está inmerso en una retorcida trama de corrupción en la que está involucrada toda su familia y que le ha permitido convertirse en una de las personas más adineradas del planeta.
Moreno es propietario junto al resto de la familia presidencial de la empresa Offshore INA Investment Corp, una corporación que tiene sede en Panamá y que cuenta con una riqueza resguardada en el paraíso fiscal que ofrece el Banco Balboa del mencionado país centroamericano.
La empresa que presenta el registro 100-4-1071378 a servido para que la familia Moreno legalice millones de dólares que han obtenido mediante el financiamiento de recursos ilegales y actos de corrupción, que les ha permitido ostentar «una vida de lujos y reyes» dentro y fuera de Ecuador, denunció el exmandatario y también perseguido político de Moreno, Rafael Correa.
El expresidente Correa detalló que una vez que Wikileaks divulgó los casos de corrupción «muy graves» que ha cometido Moreno y su familia, incluyendo a sus hijas: Cristina, Irina, Karina, al dar detalles sobre sus millonarias cuentas bancarias, mensajes, facturas, entre otros documentos que revelan la trama corrupta de Moreno -caso conocido como «INA Papers»- y por el que el mandatario terminó por ajusticiar a Assange con sus propias manos.
Detalla Correa que la rabia de Moreno lo encegueció a tal punto, que su decisión de entregar al periodista autraliano es un hecho sin precedentes en la historia de la humanidad, que quedará como la traición más grande cometida, incluso borrará el nombre de Judas y será el de Lenín Moreno el que ahora sea sinónimo de traición.
Moreno violó no sólo la responsabilidad que tenía y había asumido el Estado ecuatoriano de proteger a su asilado -Julian Assange-, también permitió que la policía británica entrera a la embajada de Ecuador y vulnerara su territorio, traicionó los derechos de un ciudadano ecuatoriano -Assange había recibido la nacionalidad en 2018-, le aplicaron durante sus dos últimos años de asilo tácticas de tortura como aislamiento, incomunicación y una serie de brutales medidas para coaccionarlo a entregarse, algo que nunca hizo y por ello terminaron entregándolo, aunque Moreno asegura que le dieron todas las garantías que no será extraditado.
Correa agrega además que Moreno -una vez más- volvió a vulnerar la Constitución ecuatoriana, al dejar que otro país viole el espacio territorial de su país en el extranjero y poner en riesgo la vida de un ciudadano ecuatoriano al que debía proteger y defender todos sus derechos.
«Es un día de luto en la historia de la humanidad, la humanidad recordará este día como el día de la traición, de ahora en adelante la traición llevará por nombre Lenín Moreno», recalcó Correa, quien agregó que el actual presidente de Ecuador es, lamentablemente, «un tipo con tan poca moral», que negoció la entrega de Assange con EE.UU. a cambio de que se aprobaran los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que dejarán a Ecuador con una gran deuda externa y sometido al dictamen del organismo tutelado por Washington.
En febrero de 2019, Moreno negoció con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para endeudar a Ecuador con el organismo neoliberal, de esa manera siguió el ejemplo del presidente argentino Mauricio Macri, quien lo hizo en 2018 y propiciar que el país esté en una de sus más graves crisis económicas, con cerca de 13 millones de personas en la pobreza, una cifra que va en aumento.
En medio de todo, el expresidente Correa asegura que Moreno sabe que irá preso por todo el escándalo de corrupción en el que está metido y por eso decidió «morir matando» con su última misión lograda.
Ya Moreno logró hacer lo que quería EE.UU: atacar y aumentar las persiones económicas y diplomáticas contra Venezuela, darle impunidad a la petrolera estadounidense Chevron por todos sus delitos cometidos en territorio ecuatoriano y la última, entregar a Assange, agrega Correa.
El expresidente acotó que a pesar de lo «mentiroso patológico» que es Moreno y que «la prensa corrupta ecuatoriana lo está encubriendo», a nadie le debe quedar duda alguna que «va a ir preso en las próximas semanas».
Reacciones: Rechazo a la violación de los derechos de Assange
Una de las primeras en rechazar la vulneración de los derechos del periodista australiano-ecuatoriano fue su madre, Christine Assange: «El Reino Unido probablemente buscará imponer la máxima pena de prisión (…) Nuestro objetivo, como siempre, es detener la extradición a EE.UU.».
Al mismo tiempo WikiLeaks denunció que el gobierno de Ecuador había «retirado ilegalmente el asilo político a Assange en violación del derecho internacional» y para que se diera «su extradición a EE.UU». Además la fundación corroboró que el periodista fue arrestado por la policía británica dentro de la embajada ecuatoriana», luego que el embajador ecuatoriano en Reino Unido, Jaime Marchán, invitara a los oficiales a la misión diplomática para que efectuaran ahí el arresto.
De hecho la propia Policía Metropolitana de Londres informó en Twitter que el arresto de Assange obedecía a «una orden de extradición en nombre de las autoridades de Estados Unidos» y que permanecería «bajo custodia en una comisaría de Policía del centro de Londres», para luego comparecer ante la Corte de Magistrados de Westminster».
En las redes sociales, el expresidente Correa publicó un tweet que dice: «El traidor más grande de la historia ecuatoriana y latinoamericana, Lenín Moreno, permitió que la policía británica entre a nuestra embajada en Londres para arrestar a Assange.
Moreno es un corrupto, pero lo que ha hecho es un crimen que la humanidad jamás olvidará».
Por su parte, el exempleado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU. Edward Snowden criticó la decisión de Moreno de haber «invitado» a miembros de la policía secreta británica a «arrastrar» a Assange fuera de las instalaciones de la Embajada de Ecuador en Londres.
Images of Ecuador's ambassador inviting the UK's secret police into the embassy to drag a publisher of–like it or not–award-winning journalism out of the building are going to end up in the history books. Assange's critics may cheer, but this is a dark moment for press freedom. https://t.co/ys1AIdh2FP
— Edward Snowden (@Snowden) April 11, 2019
Las imágenes «acabarán en los libros de la historia», acotó Snowden a través de Twitter y agregó que ahora «los críticos de Assange puede estar alegres, aunque este sea un momento oscuro para la libertad de prensa».
El gobierno de Rusia también deploró la violación de los derechos de Assange. Al respecto, el portavoz presidencial de Rusia, Dmitri Peskov, dijo que Moscú «espera que se respeten los derechos de Assange» tras su arresto en Londres. Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, lamentó -a través de Facebook- la detención del activista y recalcó que con este hecho «la mano de la ‘democracia’ aprieta la garganta de la libertad».
También el presidente de Bolivia, Evo Morales, mostró su solidaridad con Assange y condenó su detención. «Nuestra solidaridad con este hermano que es perseguido por el Gobierno de EE.UU. por revelar sus violaciones a los derechos humanos, asesinatos de civiles y espionaje diplomático», tuiteó Morales.
En España también fue rechazada la violación del asilo de Assange. El diputado de ese país en el Parlamento europeo Javier Couso calificó de «infame» y «patética» la decisión del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, de retirar el asilo político a Julian Assange.
«Infame la traición de Lenín Moreno al derecho de asilo, a la verdad y a las víctimas de crímenes de guerra descubiertos por el valiente Julian Assange. Resulta patético e insultante que Lenín se escude en la ‘soberanía’ cuando esto es a cuenta de sus amos de EE.UU.», escribió Couso en Twitter.
Pablo Iglesias, secretario general del partido político español Podemos, pidió la libertad de Assange, al considerarla injusta. «La explotación, la injusticia y los privilegios de los poderosos sólo son posibles porque se sustentan en la mentira. Por eso, si algo teme el poder, en España y en el mundo, es a la verdad».
La actriz, modelo y activista estadounidense Pamela Anderson criticó duramente la decisión del Gobierno de Ecuador de retirar el asilo político a Assange, condenó las acciones de EE.UU. y también la postura del Reino Unido, al asegurar que la detención del periodista es una cortina de humo para desviar la atención por los problemas que enfrenta ese reino por el Brexit.
Lenín se lava las manos y Trump decide no opinar
Lenín Moreno dijo sentirse aliviado luego que Assange abandonara la embajada ecuatoriana en Londres. «Le hemos quitado el asilo a este malcriado y ventajosamente nos hemos librado de una piedra en el zapato (…) De ahora en adelante, tendremos mucho cuidado de dar asilo a gente que realmente valga la pena, y no a miserables hackers».
Pero el presidente estadounidense Donald Trump, prefirió no ensuciarse las manos y dijo que el arresto de Assange no le compete. «No sé nada acerca de WikiLeaks. Eso no va conmigo», dijo Trump, ante periodistas en el Despacho Oval este jueves, horas después del arresto. Sin embargo, durante su campaña presidencial, el entonces candidato Trump manifestó que el trabajo de WikiLeaks era «increíble» y afirmó que «amaba» lo que estaba haciendo la organización.
Mientras tanto Londres dio las gracias a Quito. En voz del ministro de Exteriores del Reino Unido, Jeremy Hunt, se agradeció al Gobierno de Ecuador por hacer posible que el activista Julian Assange «se enfrente a la Justicia».
«Assange no es un héroe y nadie está por encima de la ley. Se ha escondido de la verdad durante años. Gracias a Ecuador y al presidente Lenín Moreno por su cooperación con el Ministerio de Exteriores para asegurar que Assange se enfrente a la justicia», escribió Hunt en su cuenta de Twitter.
De igual forma la primera ministra del Reino, Theresa May, dijo que la noticia es un «agrado», porque «nadie está por encima de la ley».
Ecuador además de entregar a Assange, horas después, decidió retirar la ciudadanía ecuatoriana a Julian Assange, esto quizá como un intento de lavarse las manos sobre la violación a la constitución de ese país que se perpetró con este hecho.
Al respecto, el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, José Valencia, dijo que los efectos de la ciudadanía ecuatoriana otorgada al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, están suspendidos «por encontrarse varias irregularidades».
Por su parte EE.UU. no esperó para actuar y reiterar su solicitud de extradición contra Assange, al acusarlo de conspiración por actividades de ‘hackeo’ junto con Chelsea Manning. Según el gobierno estadounidense, Assange participó -presuntamente- en «actividades informáticas maliciosas en complicidad con Chelsea Manning», la exsoldado y exagente de inteligencia del Ejército de EE.UU. que suministró miles de documentos secretos a WikiLeaks.
Según el Departamento de Justicia estadounidense, el fundador de WikiLeaks se enfrenta a hasta cinco años de prisión de ser encontrado culpable por la justicia estadounidense.
Corte británica declara culpable a Assange, mientras el periodista defiende su inocencia
Luego de la detención del periodista, Assange fue llevado a tribunales desde donde la Corte británica declaró culpable a Assange de evadir la justicia luego que el activista afirmara su inocencia de no haberse entregado a las autoridades cuando pesaba sobre él una orden de arresto emitida por Suecia en 2012 y de violar las condiciones de su libertad bajo fianza ese año.
Al respecto el abogado de Assange, Carlos Poveda, dijo no confiar ni tener «ninguna credibilidad» de que su defendido no sea extraditado a EE.UU. «No le damos ninguna credibilidad. No ha sido oficializado, no ha sido ni siquiera exhibido [un documento] a los medios de comunicación», explicó Poveda a RT.
De igual forma, el ex juez español Baltasar Garzón,también abogado de Julian Assange, atribuyó la detención del fundador de WikiLeaks a una «persecución política» de EE.UU.
La próxima audiencia del caso de Julian Assange se celebrará el próximo 12 de junio en la Corte Real del Reino Unido. Hasta entonces el activista se encontrará bajo arresto.
El «escándalo sexual», una trampa de la CIA
En medio del “boom” informativo que representaba la figura del fundador de WikiLeaks, Assange era una de las personas más solicitadas por universidades, escuelas y facultades de periodismo u organizaciones profesionales de periodistas para que ofreciera conferencias u otro tipo de encuentros y así divulgar su experiencia.
Explica el artículo de nodo50.org lo siguiente: “A medida que avanza el tiempo y se reúnen más datos, la hipótesis de que Julián Assange cayó en una trampa hábilmente montada por la CIA, comienza a convertirse en certeza si se considera que el periodista australiano accedió a información valiosa y generalmente ocultada tras los sellos de reservada o secreta. Demostró que es muy peligroso divulgarla en todo el mundo si en el proceso logró destapar las pestilentes actuaciones de gobiernos, mercados, instituciones financieras, bancarias o crímenes de guerra y de lesa humanidad”.
“Desdeñando peligros para su seguridad personal, Assange aceptó una invitación para viajar a Suecia a dictar conferencias, pero previamente le habían advertido que se cuidara porque podría caer en “las trampas del sexo”. Pero el fundador de WikiLeaks, con advertencia de por medio, parece que cayó redondo en una de esas trampas”, agrega nodo50.
Durante la conferencia en Suecia, dos mujeres se acercaron a Assange como admiradoras y lo invitaron a su casa, explica una crónica de Cubadebate.
“Poco después las autoridades suecas presentaron contra Assange cuatro cargos, los cuales se desprenden de las declaraciones de las dos denunciantes: 1º: “Coerción ilegal”, porque Assange al parecer usó el peso de su cuerpo para “forzar” sexualmente a su “víctima” (es decir, se puso encima). 2º: “Molestar sexualmente” a una de las denunciantes por tener sexo con ella sin preservativo. 3º: “Molestar deliberadamente” a la denunciante “de una manera designada a violar su integridad sexual”, porque según parece Assange tuvo la osadía de llamarla otro día para volver a quedar con ella. Y 4º: Tener “sexo por sorpresa” sin preservativo con la segunda denunciante. Es decir, lo que viene siendo el aquí te pillo, aquí te mato”, explica el artículo.
Esas dos mujeres que lo acusaron de violación fueron la periodista sueca, de origen cubano, Annita Ardin, la “demandante oficial”, y su amiga Sofía Wilen, a quien según sus propias declaraciones “le costó mucho trabajo llevarse a Assange a la cama”, pese a que fue ella la primera en quejarse de “abuso sexual” a la policía.
El periodista-investigador Jerry Robalino informaba que la periodista Annita Ardin, una de las mujeres que acusa a Assange, trabajó con un grupo que tiene conexiones con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.
James D. Catlin, un abogado que representó recientemente a Assange, afirmó que la investigación por delito sexual contra el fundador WikiLeaks se basa en afirmaciones del no uso de condones durante sus relaciones sexuales con dos mujeres suecas y fuentes de la Fiscalía sueca dijeron a AOL News que Assange no era buscado por violación como se ha informado, sino por algo llamado “sexo por sorpresa” o “sexo inesperado”.
A principios de 2018, luego que Suecia decidiera desestimar el caso por el que se reclamaba a Assange, hecho que habría servido para que volviera a la libertad plena, un tribunal británico decidió mantener en vigor la orden de detención que pesa sobre el activista, pues consideran que el australiano vulneró los términos de su libertad condicional al refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres y no acudir a una citación judicial.
En medio de la captura de Assange, una de las mujeres que había denunciado al periodista por la supuesta agresión sexual en Suecia, solicitó la reapertura de su caso, dijo su abogada, Elisabeth Massi Fritz, tras la detención del fundador de Wikileaks. Su causa había sido archivada por la Fiscalía sueca en mayo de 2017.
«Vamos a hacer todo lo posible para reabrir la investigación de la Policía sueca para que puedan ser extraditados a Suecia y procesado por violación», agregó la abogada.
Las torturas en medio del asilo que aplicó a Assange el régimen de Moreno
Durante el primer trimestre de 2018 el gobierno Ecuatoriano, específicamente su jefe de Estado, Lenín Moreno, tras sostener varios encuentros con representantes del gobierno de EEUU, entre ellos el vicepresidente Mike Pence, decidió coaccionar la vida de Assange dentro de la embajada ecuatoriana en Londres, imponiéndole una serie de restricciones que prácticamente erradican su condición de refugiado y lo obligan a permanecer como si fuera un condenado con privativa de libertad.
Desde entonces hubo largos periodos en los que Assange se mantuvo en silencio obligado, sin comunicación con el exterior, si derecho a recibir visitas y sin acceso a internet.
La presión del régimen ecuatoriano sobre Assange se profundizó y entró al terreno de la tortura psicológica, pues a condición de devolver su acceso a la comunicación con el exterior -como si se tratara de un reo sentenciado- le impuso al periodista un estricto pliego de corte disciplinario que, de haber sido incumplido sería expulsado inmediatamente de la embajada.
Después de este jueves -11 de abril de 2019- y la captura de Assange, la complicidad de Lenín Moreno no sólo ha quedado expuesta sino confirmada. Por ahora, quedará esperar sobre el destino de la vida del fundador de Wikileaks.
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