La cumbre entre el presidente de Estados Unidos (EE.UU.) Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong-un , centrada en la desnuclearización, resultó un fiasco y terminó abruptamente este jueves en Hanói sin que se haya llevado a cabo la «ceremonia de firma de un acuerdo conjunto».
El objetivo de la cumbre era concretar los resultados de su primera reunión histórica de junio en Singapur, pero Kim y Trump no lograron acordar la declaración conjunta inicialmente prevista.
El problema se debió a diferencias en las expectativas de cada equipo y a un aparente error de cálculo sobre lo que cada parte estaba dispuesta a ceder.
Según el mandatario estadounidense, el líder norcoreano ofreció desmantelar el centro de investigación nuclear de Yongbyon a cambio de levantar todas las sanciones sobre el país asiático, por lo que Washington declinó esta oferta.
«A veces hay que irse, y esta es una de esas veces. Básicamente ellos querían el levantamiento de todas las sanciones y nosotros no podíamos hacerlo», declaró a la prensa.
Sin embargo se declaró «optimista de que los avances» logrados antes y durante la cumbre les dejaban «en posición de obtener un muy buen resultado» en el futuro.
«Prefiero hacerlo bien que hacerlo rápido», dijo para justificar el fracaso del encuentro.
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Trump dijo que Kim se comprometió a no reanudar las pruebas de misiles balísticos o nucleares, pero precisó que por ahora no está prevista una tercera cumbre con el líder norcoreano, a pesar de la «cordialidad» que, según él, existe entre ambos.
«Simplemente nos caemos bien. Existe una cordialidad entre nosotros y espero que dure», afirmó.
Por su parte, el líder norcoreano aseguró entes de la reunión estar dispuesto a eliminar sus armas nucleares.
«Si no lo estuviera, no estaría aquí», indicó cuando respondió algunas preguntas de la prensa internacional, algo que no había ocurrido nunca.
Expectativas que no se cumplieron
Se esperaba que la declaración que resultara de esta cumbre, la segunda después de la histórica de 2018, sirviera para impulsar el proceso de desnuclearización que se planteó en Singapur y que apenas cosechó avances ante la falta de una hoja de ruta.
En la declaración conjunta, Estados Unidos Unidos aspiraba a que Corea del Norte ofrezca un desarme parcial centrado en su complejo nuclear de Yongbyon, situación a la que Kim sólo accedería a cambio de «medidas correspondientes» de la Casa Blanca.
El líder de Corea del Norte solicitaba la firma de un tratado de paz que garantice seguridad en la península una vez finalizado el desarme, pero no estaba dispuesto a incluir otras instalaciones nucleares, como le exigía Washington.
Fracaso de la cumbre
Los dos líderes abandonaron el hotel de Hanói donde se celebró la cumbre tras suspenderse la ceremonia pública de firma prevista y Trump adelantó dos horas su rueda de prensa.
Por tal motivo, el resultado del encuentro quedó muy lejos de las expectativas previas a la reunión y fue catalogada como un fracaso por los analistas.
«Es un fracaso importante», tuiteó Joe Cirincione, presidente de Ploughshares Fund, una fundación por la paz. Mostró el límite de las cumbres, agregó, «sin tiempo o personal suficiente» para trabajar en un acuerdo.
El problema que ha quedado de manifiesto, según el profesor Koh Yu Hwan, de la Universidad Dongguk en Corea del Sur, es la “falta de confianza” entre las dos partes, ya que ninguna está dispuesta a ofrecer demasiado.