Rex Tillerson, escogido por el magnate y presidente electo Donald Trump para encabezar el Departamento de Estado, se rehusó a condenar a Arabia Saudita por las denuncias de vulneración a los derechos humanos de mujeres en el marco de la audiencia de ratificación de su cargo ante el Senado.
En la sesión, el mandamás de Exxon admitió que el país petrolero «ciertamente no comparte los mismos valores de EEUU», sin embargo, matizó su postura, señalando que «yo creo que la pregunta es, ¿cuál es el ritmo de progreso que debiéramos esperar de Arabia Saudita para avanzar en (materia de) derechos de las mujeres y de otros en ese país?»
«Pero como están las cosas actualmente, ¿considera usted que lo que ellos hacen vulnera los derechos humanos?», inquirió Marco Rubio, senador por Florida.
La opción más importante de Trump para su gabinete contestó: «Necesitaría más información para tomar una decisión».
El floridano consultó a Tillerson si conocía los descabezamientos de ciudadanos y la degradación de mujeres saudíes, a lo que éste asintió. «¿Qué otra información necesita, entonces?», contrapreguntó el republicano.
«Mi interés es el mismo que el suyo… parece haber un malentendido respecto a que, de alguna manera, yo veo el mundo desde una óptica diferente y no comparto los mismos valores que usted, o no quiero las mismas cosas para las personas en cuanto a sus libertades. Pero también soy de ojos claros y realista sobre lidiar con culturas, que son culturas ancestrales», respondió Tillerson.
Cerrando, el empresario vuelto político agregó: «Lo que creo es que (Arabia Saudita) se está moviendo en la dirección que queremos. Lo que yo no querría es algún tipo de acción precipitada que repentinamente haga que el liderazgo del reino de Arabia Saudita interrumpa aquello».
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