Con la firme convicción que la lucha medioambiental, separada de la lucha anticapitalista y por la independencia catalana no darán resultado por separado, ciudadan@s de Catalunya articulan fuerza política y social.
«Nuestra tesis ideológica y política es poder sumar luchas. La gente de la izquierda independentista, en el sentido más amplio posible, entiende que la independencia es condición sine qua non para conseguir más justicia social. Y se trata de hacer un poco la copia en clave ambiental y climática, es decir, no te podrás liberar y defender la tierra al 100%, si el Estado español y por intereses nacionales te impone un macroparque eólico como el Tramuntana [delante de la costa del Empordà], que está sobredimensionado o unos Juegos Olímpicos… De lo que se trata es de conectar las dos luchas, la nacional y la climática, porque las dos son indispensables para plantear una estrategia de liberación nacional», han señalado en entrevista a Público.
Unas ochenta organizaciones ecologistas preparan la génesis de un movimiento de desobediencia civil con la voluntad de encabezar movilizaciones multitudinarias que incluyan actos de sabotaje contra empresas o infraestructuras.
Tras dos reuniones preparatorias, el 25 de enero, se anunciará el nacimiento de este nuevo colectivo y la primera gran acción de sabotaje , prevista para finales de abril y que durará más de un día y va dirigida contra la ampliación del aeropuerto en Barcelona.
«En unos tiempos en los que todo parece verde y hasta la burocracia europea está empeñada en hacerse pasar por ecologista, queremos poner sobre la mesa una alternativa que se centre en el modelo productivo, en los cuidados y los territorios. Eso pasa por cuestionar la primacía del beneficio, poner los sectores esenciales bajo control público y establecer mecanismo de democracia radical en los trabajos y en los órganos de gobierno», señalan desde anticapitalistas..
«La crisis ecosocial nos persigue y la emergencia climática es sólo la primera amenaza. No basta con medidas estéticas: ni el coche eléctrico, ni los planes falsamente verdes de las grandes compañías van a salvarnos. Necesitamos cambiar el urbanismo de las ciudades y alimentar los planes de trabajo en zonas rurales para acercar el trabajo y la vida, necesitamos sistemas de gestión colectiva en los barrios para eliminar la carga de las mujeres y distribuirla sin que caiga en la gestión capitalista, y necesitamos una transformación completa de la industria para poner en marcha una transición energética, productiva y laboral. Nacionalizar, someter a control popular y erradicar la lógica del beneficio para introducir la lógica de la vida en común. En definitiva, ecosocialismo para cambiarlo todo», agregan.
Más energía para qué
A finales del año 2024 se presentó otro proyecto para instalar un parque eólico marino en la bahía de Roses . Éste, que ya es el octavo, recibe el nombre de Norfeu , es el segundo más grande y tiene una capacidad de 1.080 MW, con la instalación de aproximadamente entre 60 y 70 aerogeneradores. Esta potencia instalada equivale a más potencia instalada que cualquier central nuclear en funcionamiento de los Països Catalans. Está promovido por la multinacional francesa QAIR Renewable s.
«Ahora mismo, se encuentra en fase de evaluación ambiental, y desde la IAEDEN-Salvem l’Empordà, Stop Macro Parque Eólico Marino y la plataforma No en PLEMCAT hemos presentado alegaciones a dicho proyecto . Consideramos que el proceso de presentar el Estudio de Impacto Ambiental no está operativo, ya que en ninguno de los documentos se demuestra la viabilidad técnica del proyecto , son estudios generalizados que no van al por menor, y el diagnóstico que hacen de los posibles impactos es incumplido . Una misma empresa consultora se ha encargado de elaborar la documentación para cinco de los ocho parques, con flagrantes contradicciones entre ellos. La evaluación ambiental debe realizarse a través de un análisis conjunto y no de proyecto a proyecto», señalan.
El Ciudadano