Estados Unidos planea construir una red de bases militares desplegadas en cuatro centros, una estrategia que aumentará la capacidad de las Fuerzas Armadas y de la Inteligencia de ese país, supuestamente con el objetivo de combatir al autodenominado Estado Islámico (EI).
De acuerdo a una nota de The New York Times, militares han dicho a la Casa Blanca que la red de bases serviría como centro para las tropas de operaciones especiales y agentes de inteligencia que realizarían misiones de “contraterrorismo” en el futuro próximo, destaca RT.
Los planes del Gobierno estadounidense, es sumar bases en África, el suroeste de Asia y Oriente Medio, con pequeños centros en Níger y Camerún, que se sumaría a los ya existentes en Afganistán y Yibuti.
El Pentágono alega que la construcción de estas bases tienen como fin, combatir grupos terroristas como el autodenominado EI y Al Qaeda, “para evitar ataques” contra Estados Unidos.
Con este anuncio, EE.UU. justifica su invasión militar en Irak y en Siria. Este último ha sido el más afectado por la invasión de grupos extremistas, que en muchos casos son financiados por los propios EE.UU. y otros gobiernos, como ha sido el caso del EI.
Según el general Joseph Dunford, exjefe del Estado Mayor de EE.UU., la estrategia iría enfocada contra el EI y contra el grupo Boko Haram de Nigeria.
Sin embargo, el exfuncionario de la CIA Larry Johnson calificó de “fracaso” la estrategia utilizada por Estados Unidos en estos doce años además, tildó de absurdo el anuncio actual.
En contexto
El autodenominado Estado Islámico ocupa una extensión de 250 mil kilómetros entre Siria e Irak, donde han cometido una serie de crímenes de lesa humanidad, han tomado el control del aparato productivo de esos países, siendo el petróleo el de mayor peso entre sus fuentes de ingreso.
Tras el derribo del caza ruso SU-24, el Ministerio de Defensa de ese país, que lleva a cabo operaciones antiterroristas en ese Siria, mostró una serie de pruebas que aseguran que el EI exporta petróleo de forma ilegal hacia Turquía, país que forma parte de la OTAN, integrada por EE.UU.
La coalición que encabeza Estados Unidos se ha negado a atacar las cisternas que transportan el crudo además, las operaciones que llevan a cabo no han contado con el apoyo de esos países, ni con el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), como ha sido el caso de Siria con Rusia.