Estados Unidos avanza en su política contra el fundador del portal de filtraciones WikiLeaks, Julian Assange. La tan sonada solicitud de extradición, que la administración de Donald Trump planifica desde el año pasado, ya se presentó formalmente a Reino Unido.
Así lo confirmó un funcionario estadounidense al diario The Washington Post. La fuente precisó que el Departamento de Justicia de EE. UU. envió la solicitud oficial al Gobierno británico el jueves pasado.
El tratado de EE. UU. con Reino Unido requería que fuera presentada en los 60 días posteriores a la detención de Assange.
Con esta medida se hace improbable que Washington presente cargos adicionales contra Assange porque el mismo tratado prohíbe a EE. UU. procesar a Assange por presuntos delitos más allá de los descritos en la solicitud de extradición, reseñó el portal Actualidad RT.
El pasado 23 de mayo, Estados Unidos presentó 18 nuevos cargos en su contra en un gran jurado del estado de Virginia. Entre ellos, uno por espionaje y otro por publicación de documentos altamente clasificados.
Estas acusaciones podrían significar para el australiano una condena de hasta 170 años, reseñó EFE.
La primera acusación que hizo EE. UU. se presentó en abril por presuntamente conspirar con la exsoldado Chelsea Manning, quien en 2010 filtró al portal más de 700.000 documentos clasificados. Por este señalamiento, Assange se enfrenta a una posible pena de cinco años de prisión.
Desde el pasado 11 de abril, el fundador de la plataforma se encuentra en poder de la justicia británica que lo ha condenado por violación de medidas cautelares en 2012.
Una extradición anunciada
El rumor de la extradición empezó a sonar en noviembre de 2018, cuando el Gobierno del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, también empezó a dar señas de que le disgustaba la presencia de Assange en la Embajada de Quito en Londres.
En noviembre, El País reveló que Washington desarrollaba en secreto una estrategia judicial para arrestarlo y solicitar su extradición. Los planes quedaron al descubierto al incluir por error una información clasificada en un documento judicial público. El asunto era que, según lo que trascendió, el Departamento de Justicia tenía ya preparada una acusación formal contra Assange, la cual querían mantener en secreto hasta su arresto.
La salud de Assange en peligro
A mediados de mayo, WikiLeaks confirmó que lo trasladaron a la sala de salud de la prisión británica de Belmarsh.
En un comunicado publicado en su cuenta de Twitter, manifestaron «serias preocupaciones» sobre el estado de salud del editor del portal de filtraciones y cuestionaron el trato que le ha dado Reino Unido desde su detención el pasado 11 de abril.
«Ha perdido peso de manera dramática. La decisión de trasladarlo al área de salud habla por sí misma», advirtieron.
El abogado francés Juan Branco, parte de la defensa del australiano, confirmó este lunes a Página 12 que la situación es complicada.
«Assange se encuentra en un estado de shock. Después de haber estado encerrado en 20 metros cuadrados sin acceso al aire libre, lo sacaron en 45 segundos. De pronto hubo toda esa violencia. Llegaron y lo agarraron para meterlo en una cárcel de alta seguridad que fue construida después del 11 de septiembre de 2001 para los terroristas (…) Ahora está ahí, encerrado 23 horas al día desde el 11 de abril. Tiene dificultades para alimentarse por el golpe emocional que recibió. Estamos perdiendo a ese hombre. Toda su brillante resistencia frente a los mecanismos de opresión está por romperse», denunció.