EEUU e Israel buscan reubicar a palestinos en África

La reciente revelación de que Estados Unidos e Israel han estado negociando en secreto con los gobiernos de Sudán, Somalia y Somalilandia para la reubicación de los palestinos desplazados de Gaza ha generado una fuerte condena internacional. Esta propuesta no solo pone en evidencia la constante vulneración de los derechos del pueblo palestino, sino que también resalta la peligrosa política de expulsión que tanto EE. UU. como Israel intentan implementar bajo una fachada de “solución humanitaria”.

Véase también: Israel mantiene el bloqueo a la ayuda humanitaria destinada a la Franja de Gaza

Según un informe de la agencia de noticias Associated Press (AP), las conversaciones se habrían centrado en la posibilidad de reubicar a los palestinos en territorios africanos, con incentivos de ayuda económica y militar, particularmente a Sudán. En este contexto, la administración de Donald Trump habría ofrecido apoyo militar para enfrentar a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), además de fondos para la reconstrucción de Sudán. Sin embargo, Sudán ha rechazado rotundamente esta propuesta, mientras que tanto Somalia como Somalilandia han negado haber tenido conocimiento de estos contactos secretos.

Este intento de reubicación forzosa no solo es una violación flagrante de los derechos humanos, sino también una manifestación de la política de Israel y EE. UU. de despojar al pueblo palestino de su hogar y su tierra. La propuesta parece más un intento de resolver la crisis creada por décadas de ocupación y agresión por parte de Israel, que un genuino esfuerzo por encontrar una solución pacífica al conflicto. Al ofrecer alternativas en territorios lejanos, EE. UU. e Israel buscan despojar a los palestinos de su derecho legítimo a vivir en su tierra natal, bajo el pretexto de una “reubicación” que no es más que un exilio encubierto.

Las declaraciones recientes de Donald Trump, quien aseguró que “nadie está expulsando a ningún palestino”, solo refuerzan la hipocresía de su administración. A pesar de sus palabras, la realidad en el terreno es distinta. La situación de los palestinos en Gaza y otros territorios ocupados sigue siendo insostenible, y las propuestas de reubicación son solo una cortina de humo para encubrir la expulsión sistemática de quienes han sido despojados de sus hogares.

Numerosos sectores de la comunidad internacional han calificado esta iniciativa como «ilegal e inmoral». La propuesta de reubicar a los palestinos en otros países africanos es, en efecto, una forma de «limpieza étnica» encubierta, que ignora las normas internacionales de derechos humanos y la resolución de la ONU que establece el derecho al retorno de los refugiados palestinos a su tierra.

Los líderes árabes, por su parte, han rechazado enérgicamente cualquier intento de reubicación forzada y han reafirmado su apoyo al plan de reconstrucción de Gaza por 53.000 millones de dólares, que busca reconstruir la región sin necesidad de desplazar a los palestinos. Este plan, respaldado por los países árabes, no solo es una respuesta a la destrucción provocada por la ocupación israelí, sino también un esfuerzo por preservar los derechos del pueblo palestino a vivir en su territorio ancestral.

Mientras tanto, tanto la Casa Blanca como el Departamento de Estado de EE. UU. han eludido comentar oficialmente sobre el informe de AP, lo que deja claro su intento por ocultar estas negociaciones secretas. Por su parte, Somalia y Somalilandia también han mantenido silencio, a pesar de las revelaciones que los vinculan con estas negociaciones.

Este episodio demuestra una vez más la postura imperialista y deshumanizante de EE. UU. e Israel hacia el pueblo palestino. En lugar de buscar una solución justa y pacífica al conflicto, ambos países parecen empeñados en perpetuar la ocupación y el sufrimiento del pueblo palestino, ahora con una nueva y peligrosa propuesta de reubicación forzada.

Foto: Redes

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