El próximo 25 de enero se conmemorará el quinto aniversario de la denominada Primavera Árabe en Egipto, que derrocó al régimen de 30 años de Hosni Mubarak.
Las redes sociales egipcias se han llenado, en los últimos días, de llamamientos a participar en las manifestaciones que recordarán la efeméride.
Las autoridades egipcias ven con temor esta convocatoria, preocupados por el estallido de una nueva ola revolucionaria. Para intentar atajarla optaron por intensificar la represión de la oposición y arrestar a un número indeterminado de activistas en las últimas semanas.
Instituciones y organizaciones vinculadas a la juventud revolucionaria de este país fueron duramente castigados. Además de tener encarcelados los grupos opositores islamistas junto con el expresidente Mohammed Morsi, líder del Partido Libertad y Justicia y elegido democráticamente en las primeras elecciones celebradas tras la expulsión de Mubarak, el régimen del general Al-Sissi colocó ahora entre sus objetivos a la oposición laica.
Las autoridades egipcias arrestaron cuatro responsables del movimiento juvenil 6 de Abril, declarado “organización terrorista” el pasado año. Además, clausuraron una sala de exposiciones, un teatro y una editorial, todos ellos ampliamente reconocidos en el panorama cultural alternativo de la capital del país.
A pesar de la dura represión que el régimen está ejerciendo a los ciudadanos de Egipto,
en diversas empresas importantes del país.