La Fuerza Aérea de Rusia y el Ejército de Siria detuvieron este martes los bombardeos y operaciones en la ciudad siria de Alepo, para permitir una tregua humanitaria prevista para el 20 de octubre.
Mediante una teleconferencia el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, indicó que el cese de ataques aéreos permitirá la salida con seguridad de los civiles.
Al mismo tiempo, el titular de Defensa ruso hizo un llamamiento a los países que tienen influencia sobre los grupos de combatientes que ocupan el este de Alepo para que los convenzan de cesar las acciones bélicas y abandonar la ciudad: «Me dirijo a los dirigentes de los países que tienen influencia en los grupos armados en la parte oriental de Alepo para que convenzan a sus líderes de que cesen las acciones armadas y salgan de la ciudad», señaló.
Para la salida de los civiles, a los que el Ejército ruso garantiza «la total seguridad, atención médica» y estancia en refugios temporales, dijo que se habilitarán seis corredores y para los combatientes, otros dos.
Rusia decidió anunciar la pausa humanitaria, y no un cese del fuego unilateral, aduciendo que las consultas en el seno del Consejo de Seguridad sobre la salida del Frente al Nusra de Alepo propuesta por el enviado de la ONU, Staffan de Mistura, «pueden prolongarse durante largo tiempo».
El Frente al Nusra reforzó sus ataques contra las zonas residenciales de Alepo, donde los civiles que intentan abandonar la ciudad son fusilados en ejecuciones públicas sumarias, indicó.
Según el general ruso, declarar un cese del fuego unilateral únicamente permitiría a los yihadistas reagruparse y recuperar posiciones.
Por otro lado, el ministro de Exteriores de Siria, Walid Mualem, visitará Rusia en lo que queda del mes, informó el embajador sirio en Moscú, Riad Haddad.
EEUU y la Unión Europea (UE) abogaron el domingo por aprobar nuevas sanciones a Rusia por los bombardeos contra Alepo, donde cientos de civiles habrían muerto en las últimas semanas en los ataques de la aviación rusa y siria, según activistas sirios.
El pasado 22 de septiembre, el Ejército sirio, bajo el apoyo de la aviación militar rusa, comenzó una operación en Alepo para expulsar a los grupos terroristas que provocó una escalada de violencia en la ciudad, dejando a cientos de civiles muertos y causando daños a varios hospitales de la ciudad.