El emperador japonés se despidió de su pueblo por abdicación de salud

La actual ley de la Casa Imperial, que rige la sucesión, las mujeres no pueden acceder al trono y deben renunciar a sus derechos dinásticos si deciden casarse con un plebeyo

Charilin Romero

02/01/2019 12:00pm

El emperador Akihito dio este miércoles un saludo a los japoneses para expresarles sus buenos deseos en el nuevo año y más de 100 mil personas que se hallaban en el Palacio Imperial, no desaprovecharon la oportunidad para estar en la última ceremonia de este tipo, puesto que dejará el cargo el próximo mes de abril.

Según el portal web NHK, el emperador y su familia salieron en siete ocasiones al balcón del Palacio como parte de la tradición de saludo al pueblo por el advenimiento del nuevo año y en el que aseguró que él oraba por la paz y la felicidad de las personas en Japón y de todo el mundo.

Al culminar el emperador sus palabras, los presentes expresaron su gratitud por los 30 años en el trono. Akihito estuvo acompañado de la emperatriz Michiko, quienes desde Tokio saludaban a las personas que se habían reunido allí.

El emperador no está muy convencido de dejar el trono. Foto referencial.

Ante tal evento, un hombre de 21 años dijo que el emperador se ha mantenido cerca del pueblo y alegó que Akihito no estaba conforme por la abdicación que se llevará a cabo por motivos de salud.

El emperador tenía programado participar hoy en cinco saludos desde el balcón para desear un buen año nuevo a los japoneses, tres por la mañana y dos por la tarde, pero la agencia de la casa imperial decidió celebrar una tercera sesión vespertina ante el elevado número de visitantes.

En 2018 un total de 126.720 personas participaron en el tradicional saludo, una cifra récord desde la ascensión al trono de Akihito en 1989 y que marcó un aumento del 31 % de asistencia. En aquella ocasión hubo un récord de 83 mil personas que asistieron a la efemérides, la última vez que se celebraba durante su reinado y unas 10 mil personas no pudieron entrar en el recinto.

Este es el emperador número 125 de Japón, ocupó el trono desde 1989, debido a la muerte de su padre, Hirohito, quien para asumir un puesto ceremonial como símbolo de unidad del pueblo nipón, marcó en 1947 la Constitución de postguerra.

Como ya ocurriera por primera vez en el 85 cumpleaños de Akihito, el pasado 23 de diciembre, la agencia de la casa imperial instaló dos pantallas de gran tamaño para que la gente situada al fondo de la multitud pudiera tener una visión mejor del emperador.

Sustituto del trono

Una vez que el emperador Akihito deje el trono Crisantemo, su hijo mayor el príncipe, Naruhito, de 58 años, asumirá el cargo, al día siguiente.

El príncipe solamente tiene una hija, la princesa Aiko, que no puede convertirse en heredera. El siguiente en la línea sucesoria es el hermano del actual príncipe heredero, Fumihito (52 años), y tras él está su hijo pequeño, Hisahito (11 años), que es el único varón de su generación y esto pone en peligro a la familia imperial.

Según la actual ley de la Casa Imperial, que rige la sucesión de emperadores, las mujeres no pueden acceder al trono y deben renunciar a sus derechos dinásticos si deciden casarse con un plebeyo. En las circunstancias actuales, con muchas más féminas que varones entre los descendientes y parientes del actual emperador, el mantenimiento de esta ley podría dejar a la familia bajo mínimos e incluso poner en riesgo la sucesión en un futuro no tan lejano.

El número de miembros de la familia imperial nipona ascendía a 23. El cambio responde no solamente a la muerte de miembros de más edad, también a la salida de varias mujeres de la institución que han contraído matrimonio. El anuncio de compromiso el año pasado, de la princesa Mako, la nieta mayor de Akihito, supondrá una nueva baja en 2020.

En ese sentido, el resto de mujeres de la familia se encuentran en esta tesitura en la próxima década. «Estaba avisada desde mi infancia de que dejaría mi estatus real una vez me casara«, dijo Mako durante el anuncio de su compromiso.

Si todas las princesas se casan, el pequeño Hisahito y su familia nuclear serían literalmente los únicos que quedarían para desempeñar todas las funciones de la Casa Imperial. Él, y especialmente la que se convierta en su mujer, soportarían la inmensa presión de dar a luz a otro varón que continuara el linaje, una carga que ha pesado mucho sobre Masako, la mujer del príncipe heredero Naruhito, inmersa en una depresión crónica.