La prensa china informa estos días del arresto de dos funcionarios de la provincia de Guangdong acusados de comprar cadáveres a ladrones de tumbas locales. La persona que les proveía de cuerpos –más de 20 fueron exhumados en diferentes cementerios al sur de Pekín- es conocido por el nombre de Zhong, quien habría trasladado los restos en su motocicleta, envueltos en bolsas, desde los remotos cementerios donde los exhumaba, según su confesión.
El objetivo de los empleados, que trabajaban en las morgues de las ciudades de Gaozhou y Huazhou, era cumplir con la cuota de cremaciones impuesta por el Gobierno de Pekín con el fin de preservar la tierra para la agricultura y el desarrollo, una directriz que no gusta nada a la población de provincias, donde las visitas a los cementerios son parte importante de la tradición social y donde se cree que una buena localización del féretro puede repercutir en la felicidad y prosperidad de quienes sobreviven. Según las creencias locales, dañar tumbas puede atraer la tragedia hacia la familia del finado, lo que explica el rechazo a nivel nacional que suscitó, en 2012, la decisión de las autoridades de la provincia central de Henan de aplanar fosas (400.000 tumbas fueron demolidas) para crear tierra cultivable.
Las cremaciones han sido impuestas ante un rechazo similar. El pasado mayo, seis ancianos de la provincia de Anhui decidieron cometer suicidio antes de que se implantara la medida que prohibía los enterramientos tradicionales para evitar que sus restos fuesen incinerados. Desde que entró en vigor la medida que obliga a la cremación de parte de los cadáveres, se han reportado muchos sepelios secretos, a espaldas de las autoridades, por parte de familias que quieren mantener la tradición. Pero eso implica que los responsables locales de los crematorios, como los dos detenidos, tienen que dar explicaciones al Gobierno central sobre por qué no se cumplen las cuotas impuestas.
De ahí que los funcionarios, identificados por la agencia china de noticias Xinhua como He y Dong, comprasen cadáveres al citado ladrón de tumbas: según la informacion difundida, Dong había comprado al menos 10 cadáveres a Zhong por 3.000 yuanes cada cuerpo (unos 400 euros) mientras que su colega pagaba aproximadamente la mitad: aún no se ha esclarecido cuántos cadáveres llegó a adquirir.